Tarpones, buena dosis de adrenalina

Dentro de las especies preferidas por los pescadores recreativos, el tarpón ocupa un lugar especial, sin lugar a dudas. Con el nombre científico de Megalops atlatincus, o también conocido en algunos países como sábalo real, podemos encontrarlos en aguas tropicales de América y África. Si bien esta especie no supone tener un gran valor culinario, de carne basta, áspera y llena de espinas, su combate es espectacular, con una veloz carrera y saltos del ejemplar.

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El hábitat del tarpón está en lugares costeros, incluso en las aguas dulces de los ríos y estuarios. Llega a alcanzar una longitud superior a los 2,50 metros y pesar más de 150 kilos. Se suele agrupar en bancos para perseguir a sus presas, grandes bancos de cardumen, llegando incluso a perseguirlos hasta el interior de los ríos. Su zona principal de cría suelen ser los manglares, donde los especímenes jóvenes se alimentan, ganando tamaño y peso, para poder salir con garantías de no ser presa de sus semejantes.

Aquí vamos a centrarnos en los grandes tarpones de las aguas tropicales atlánticas y africanas, donde podemos encontrar los ejemplares realmente monstruosos, que son, obviamente, los más deseados deportivamente.


Archipiélago de las Bijagos

Una zona privilegiada dentro de estas aguas es el archipiélago de las Bijagos, en Guinea-Bissau. Sus aguas salobres con poco fondo, entre 20 y 50 metros, están rodeadas de aguas freáticas. Las Bijagos, con sus dieciocho islas principales, más decenas de pequeños islotes, están llenas de manglares. Sus aguas son mansas en superficie con corrientes que pueden llegar a más de 7 nudos. Con poca, casi nula actividad pesquera profesional, nos da un hábitat espectacular para la pesca deportiva de nuestro tan preciado y buscado tarpón.

 

Dos modalidades de pesca

Básicamente son dos las modalidades que se suelen practicar para la pesca del tarpón en estas aguas. En primer lugar, podemos tentarlos con nuestros equipos de mosca. Nosotros solemos utilizar equipos de entre el 6 y el 9, backing de 200 metros, con colas de rata flotantes y streamers de tamaño medio. Realmente la pesca del tarpón con mosca se suele dirigir más a ejemplares jóvenes, presentes en los manglares. Normalmente al mediodía, cuando los big tarpon (tarpones gigantes) son menos activos, encontramos más actividad en los peces pasto; en su mayor parte el “bonga” y las pequeñas lisas. Es entonces cuando aprovechan para ir de caza los ejemplares más jóvenes de tarpones. La pesca consistirá básicamente en encontrar zonas de actividad de estos ejemplares y tratar de tentarlos con nuestros streamers, que irán montados en anzuelos de entre el 1 y 4/0 y extremadamente afilados. No olvidemos la dureza de la boca del tarpón; la clavada ha de ser enérgica y firme. El combate es increíble, uno de los momentos más pleno en la pesca.Su picada viene seguida de unos espectaculares saltos.2

Si además le añadimos la dificultad de pescar entre manglares, tendremos asegurada tanto la emoción como una buena dosis de adrenalina.En segundo lugar, y la más extendida, encontramos la pesca con vivo. Para esta modalidad utilizaremos equipos semipesados, de entre 50 a 80 libras. Nuestras líneas irán desde 20 libras, o incluso menos si vamos buscando emociones fuertes y batir algún récord IGFA, hasta las 80-130 libras. Montaremos bajos de línea de gran tamaño alrededor de las 400 libras sin importar en este caso si son o no de fluorocarbono. Las aguas son siempre un tanto oscuras, de color marrón, por la presencia de las aguas freáticas, levantan el lodo de los suelos. Los anzuelos que solemos montar suelen ser siempre circulares y de tamaños grandes 12 a 14/0, con el fin de poder soltar nuestra presa, momento mágico donde los haya. También tenemos la opción de ir a buscar los tarpones para utilizarlos de cebo de otra presa presente en estas aguas y muy codiciada, el tiburón tigre. Utilizaremos anzuelos tipo «J» de entre 10/0 al 14/0. La carne del tarpón, por su grasa, es un excelente cebo para la pesca del tiburón. Solemos pescar con cuatro cañas aprovechando alguna de las numerosas entradas naturales del pez pasto que será nuestro cebo. Éste se suele conseguir en cualquier playa del archipiélago y con la ayuda de un rai. Otro cebo ideal es la lisa. Normalmente, la conseguiremos a la vez y de la misma forma que el bonga. La acción de pesca es bastante sencilla pero a su vez muy especializada. Una vez ensartado nuestro cebo en los anzuelos circulares, los dejaremos alejar de nuestra embarcación, aprovechando la siempre presente corriente. Para poder atraer mas fácilmente a nuestra presa pondremos delante del cebo un excitador, la famosa abejita tan socorrida cuando tenemos mucha corriente, para hacer ruido y hacer nuestro cebo más interesante. Normalmente aprovecharemos las primeras y últimas horas del día. Ya sólo nos queda esperar la tan ansiada picada. Y cuando ésta se produce, vivimos uno de esos momentos especiales y únicos que todo pescador deportivo queremos vivir alguna vez en la vida. La picada suele ser en principio un leve estirón de nuestra línea seguida de una veloz carrera y , como no, unos espectaculares saltos de nuestra presa. Viviremos unos instantes de magia en la proa de nuestra pequeña embarcación tratando de recuperar esa línea que ha tardado breves instantes en salir de nuestro carrete.

4_Luchador hasta el final      

El tarpón nunca se dará por vencido, arrastrará nuestra embarcación durante todo el combate. Tal es su persistencia en la lucha que llega incluso a veces a morir exhausto cuando lo aproximamos a nuestro barco. Una vez tenemos nuestro gran bajo de línea al alcance de la mano, procederá nuestro skipper a poner en práctica toda su pericia y poder ganchear, por la boca si lo vamos a soltar, a nuestro tarpón. Después de esta experiencia entenderemos el por qué de esa “fiebre”, de ese deseo incontrolable por la pesca de un gran tarpón.

También podemos tentar a nuestros pequeños tarpones de los manglares con equipos medios de spinning o desde la playa con nuestros equipos de surfcasting, aunque suelen ser capturas accidentales. Realmente el rey de la pesca del gran tarpón en estas aguas es la pesca con vivo.

Hay peces que levantan pasiones y éste es uno de ellos. Tiene toda la espectacularidad de los velas, en sus saltos cuando están en combate. Muchas veces, después de la picada queda confirmar que se trate de un tarpón, el que tenemos en la línea que, terminarán confirmando sus increíbles y preciosos saltos para liberarse del anzuelo. Este ejemplar reúne toda la fuerza en el principio del combate que nos proporciona un gran atún con toda la agresividad en el gancheado que puede representar el tener que liberar a un gran marlín azul. Algunos pescadores han hecho del tarpón su único motivo de pesca y es que es un pez que, cuando te quieres dar cuenta, ya te ha pescado y vives para y por pescarlo.