VOR: En cuarentena

Dos hombres, o un cuarto de la tripulación, están enfermos en Abu Dhabi Ocean Racing. Cuando todavía quedan dos etapas y media por completar, todos los puntos son vitales. Y evitar que más hombres se contagien también. Los virus siguen siendo uno de los peores enemigos en alta mar. Dos hombres enfermos, en un espacio de 20 metros de largo por 5 de ancho y apenas 1,80 de alto, en el que conviven con otros 7. Con ellos comparten, también, las literas, los sacos de dormir, las tazas. ¿Cómo evitar el contagio?

ADO_150519_knighton_4104 © Matt Knighton / Abu Dhabi Ocean Racing / Volvo Ocean Race

Ésta es, probablemente, la pregunta que se hace en estos momentos la tripulación de Abu Dhabi Ocean Racing en el día 3 de la etapa 7 de la Volvo Ocean Race, en plena travesía al Atlántico entre Newport y Lisboa, y sin asistencia externa alguna. Lideran la general, pero sólo por seis puntos sobre Dongfeng Race Team. Su victoria no está ni mucho menos asegurada, quedan dos etapas, y una última posición en ésta permitiría a los franco-chinos darles alcance.

Dos hombres representa un 25% de la tripulación. “Con un cuarto del equipo enfermo, los rizos que tenemos que hacer constamente, y los cambios de velas, empiezan a ser más lentos. Cubrir así los ataques de Dongfeng durante los ocho días que nos quedan de travesía es imposible. Si supieran lo frágiles que somos en estos momentos».

Y no digamos si toda la tripulación se llegara a contagiar.

Abu Dhabi Ocean Racing es segundo en estos momentos, a 5,5 millas de Team Brunel, que va en cabeza, y apenas 1,2 millas por delante de Dongfeng Race Team, que es tercero. Navegan en pleno Atlántico Norte, cerca de la zona de exclusión por hielo, no lejos de donde el Titanic se hundió tras chocar con un iceberg. Les quedan más de 2.000 millas para llegar a Lisboa, y el viento, de momento, es suave y rolón. Van despacio, y se prevé que la llegada tenga lugar entre el 27 y el 29 de mayo. Si los virus lo permiten.

El proa Luke Parkinson, alias Parko, es una de las bajas. Le apodan Labrador, por su tranquilidad y su fortaleza. Ha completado las seis etapas anteriores sin mostrar un signo de debilidad.

“Cuando empezamos la etapa Luke tenía una tos ronca que ha ido empeorando desde Newport. Se puede ver por su cara que le duele, pero además ya no se oye su particular acento australiano. Ahora sólo murmura, no se le oye», recalca Knighton, el reportero a bordo de Abu Dhabi Ocean Racing.

El trimmer Adil Khalid, de los Emiratos Árabes Unidos, se perdió dos etapas por un virus intestinal. No contaban con que volvería a padecer el mismo mal.

“No puede comer, lo vomita casi todo, y está sin fuerzas. Lo ves cuando tiene que trimar, no puede», añadía Knighton.

El equipo los ha puesto en cuarentena, en tanto y cuanto eso es posible en un entorno de estas características. Ya no comparten litera con nadie, lo que provoca que sus «compañeros» de cama tengan que dormir sobre sacos de comida o velas almacenadas dentro. Sus tazas están marcadas con cinta adhesiva amarilla, y el reportero a bordo, encargado de la comida, separa sus porciones para que no manipulen la comida.

Aun así, es difícil de evitar. Los virus son tan temidos o más que otros elementos en altamar. Por eso a los tripulantes les gusta tan poco volar en avión. «Los aviones son concentraciones de virus», explica Rick Deppe, actual miembro de la organización, que ha participado en la regata como reportero. «Recuerdo en la edición 2008-09, cuando la regata paró en India. Cogí un virús de estómago en un vuelo tremendo. Me duró toda la etapa, no te puedes recuperar, no te alimentas bien y las condiciones son horribles. Es un virus que en tu casa te duraría una semana. En el barco, no se pasa».

www.volvooceanrace.com

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