Lubinas a jigging en el Delta del Ebro

Un buen modo de pescar lubinas a jigging es hacerlo desde una embarcación de 4 metros de eslora y motor de 15 C.V. El Delta del Ebro ofrece muchas posibilidades para este tipo de pesca. La lubina (dicentrarchus labrax), en griego “labrax”; lobo de mar, es un pez de la familia de los serránidos, aunque algunos autores la clasifican dentro de los morónidos, alegando que su morfología se aleja de la de los primeros. Aparte de lubina, se le llama róbalo y robaliza, nombre muy frecuente en el Norte de España, sobre todo en Galicia.

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Este pez óseo, de mediano tamaño, muy apreciado por la exquisita calidad de su carne e incluido como uno de los mejores manjares en la gastronomía del Delta del Ebro. Presenta dos aletas dorsales separadas, la primera con nueve radios duros y la segunda con uno duro y 12 blandos. La aleta anal se compone de 3 radios duros y 11 blandos. La lubina es de color gris plata brillante, más oscuro por el dorso, de vientre blanco y con una mancha negra muy característica en el ángulo superior del opérculo. Puede llegar a crecer hasta 1 metro de longitud.

En el Delta del Ebro se pesca prácticamente todo el año, pero para optimizar sus capturas se deben adecuar las técnicas a sus correspondientes épocas. Quizás, la lubina a jigging con vinilos dentro del río, sea una de las técnicas menos conocidas y practicadas, que no suele dar un gran número de capturas, pero las que proporciona son de gran porte. Dentro del río, la mejor época es la invernal, desde noviembre hasta marzo, ambos inclusive, si hace frío. En esta época la lubina entra al río a comer la angula, muy abundante en el Delta del Ebro.

¿Dónde encontrar lubinas?

La lubina no sólo se encuentra en los tramos bajos del río, navega aguas arriba varias millas. De hecho, se la ha llegado a pescar junto al azud de Xerta. Pero centrándonos en lo que nos consta fehacientemente, las lubinas entran a jigging en el tramo comprendido entre la misma desembocadura del río Ebro y Amposta. Para esta modalidad de pesca, es imprescindible utilizar la sonda de la embarcación. En condiciones normales, se podría decir que la profundidad media del río Ebro en este tramo es de unos 7 metros, y, ojo, lo digo en condiciones normales, es un río que tiene sus crecidas y descensos, sobre todo cuando desembalsan arriba, en Mequinenza y Ribarroja.

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Como pescadores, nuestra misión será encontrar verdaderos agujeros en el fondo, no hay muchos, pero algunos llegan hasta los 18 metros de sonda. En las épocas indicadas, allí se encuentran las grandes lubinas apostadas. La lámina de agua salada en el río es la que va pegada al fondo, así que deberemos suponer que estas cavidades tan profundas tienen agua mayormente salada. Pero con excepciones, se han detectado que algunas cavidades deben de tener filtraciones de agua dulce, pues pescando lubinas a veces pica un siluro, que también coincide el invierno como buena época para su pesca. El siluro no se mete en una cavidad con sólo agua salada, seguro. Así que se debe estar preparado para una gran picada accidental de un siluro. Por otra parte, debemos tener en cuenta que al estar pescando tan profundo, la influencia de la luz del sol no es grande, por tanto debemos desterrar la idea de que las lubinas pican con más facilidad al amanecer y al atardecer. Se obtienen grandes ejemplares también a mediodía, con el sol en todo lo alto y el cielo despejado.

 

Técnicas y señuelos

Una vez detectada la cavidad, nos preparamos para explotar el lugar y ponernos a pescar. Es muy útil dejar la embarcación al pairo o al garete, es decir sin motor ni gobierno, nos valdremos de la corriente para desplazarnos lentamente sobre el agujero, leeremos la sonda constantemente, para localizar dónde empieza y dónde acaba el área. Se deben hacer varias pasadas, poniendo la embarcación en diferentes puntos de partida, pegada a una orilla, a la otra, desde el centro del cauce, hasta hacernos una idea de cómo es esta cavidad. Normalmente no tienen más de 30 o 40 metros de recorrido en horizontal. Cuando ya tenemos la idea de cómo es la cavidad y sabemos cómo es la deriva de la embarcación, se elige el punto de partida que creamos más conveniente y a empezar a pescar.

La embarcación debe de partir, al pairo, de un punto con sonda media, pongamos los siete metros, y desde ahí ya tenemos que poner el señuelo en el fondo. La amplitud del movimiento del vinilo debe cubrir desde el fondo hasta casi el metro y medio por encima, aunque esto es a gusto de cada uno, se puede ir probando. Según se mueve la embarcación, notaremos que nuestro señuelo deja de tocar fondo, ya que estamos entrando en el agujero. Dejaremos libre más sedal, muchas veces debemos de ir con el pick up abierto y controlar constantemente la salida de la línea con la mano. El movimiento de subida y bajada del vinilo no debe de ser brusco, sino más bien acompasado. Cuando empecemos a salir del agujero nos pasará al contrario de cuando entrábamos, nos irá sobrando línea para levantar el señuelo, así que ahora tocará recoger el sobrante. Una vez recorrido todo el agujero, con la mayor discreción posible, se pone motor a ralentí evitando pasar por el agujero y rumbo hacia nuestro punto de partida. Lógicamente iremos cambiando un poco nuestro punto de salida para lograr trayectorias diferentes. En la gran mayoría de los casos no engancharemos nuestro señuelo en el fondo, pues son fondos de arena muy limpios.

6Como estamos viendo, no es posible pescar lubinas en el río Ebro a jigging desde tierra, pues es muy difícil alcanzar desde tierra las sondas adecuadas y ejecutar los movimientos oportunos. Merece la pena ir en busca de una empresa de alquiler de embarcaciones; con una embarcación de 4 metros de eslora y motor de 15 CV será suficiente para pescarlas con mucha comodidad. En el Delta del Ebro están disponibles por 70 Euros para medio día, más el combustible que se gaste. A pesar de que este tipo de embarcación está homologada para navegar 4 personas, para la pesca de la lubina a jigging en el río yo recomiendo ir máximo 3 personas, para tener buena movilidad dentro del casco. Lo cierto es que el coste de media jornada de pesca repartido entre los tres pescadores sale muy económico.

Para pescar en este tipo de agujero muy profundo, los vinilos más adecuados son los de 40-42 gramos. Pero como el jigging a vinilo también se puede practicar con menos profundidades, podemos utilizarlos de menos gramaje, en el segmento de 15 a 40 gramos, también dependiendo de la corriente del río, a más corriente, más gramaje. En cuanto a los colores, la verdad que pican tanto a colores estridentes, como rojos vivos como a colores naturales, como el pardo, se trata de ir probando, como si pescáramos a spinning. En cuanto a la línea madre, a mí me gusta más pescar con trenzado, mantienes alta resistencia con diámetro muy reducido, lo que permite que la línea quede más vertical en acción de pesca al tener menos rozamiento con la corriente del agua. Pero también se puede pescar con monofilamento. El bajo, si puede ser de fluorocarbono mejor, es más discreto a la vista.

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Picada, clavada y combate

Por la experiencia en esta pesca, se confirma que el 90% de las picadas se producen cuando el vinilo está descendiendo, es muy curioso y este hecho perjudica al pescador, pues cuando un pez toma con la línea tensa, es decir, en jigging el momento es cuando el vinilo está subiendo, la clavada es mucho más fácil. Pero en el caso que nos ocupa, para empezar, notaremos que el vinilo deja de tener peso, se destensa algo la línea, y es el momento de clavar rápido y muy fuerte, sin contemplaciones, para que entre bien el anzuelo. La lubina tiene la boca muy grande pero muy dura. No debemos confundir el toque del vinilo con el fondo, es cuestión de práctica, al principio nos equivocaremos, pero poco a poco cogeremos esa sensibilidad. Y… un aviso: Es especialmente delicado el momento en que estamos soltando sedal por estar aumentando sonda, es conveniente llevar la mano preparada alrededor de la bobina por si se tiene que bloquear el sedal presionando a mano sobre dicha bobina para clavar, pues no nos dará tiempo a cerrar el pick up. De hecho, las lubinas no suelen picar justo en el punto de máxima sonda, pican dentro del agujero, pero a distancias intermedias. Y el combate es el estándar de la lubina en otros tipos de pesca, al principio es muy fuerte, con varios cabezazos y, unos instantes después, va tirando pero con menos fuerza, cerca del barco ya es más manejable, y su puesta en sacadera no nos debe de causar grandes problemas.