El MAPFRE ya navega rumbo a La Haya

La recta final de la de la Volvo Ocean Race 2017-18 comenzó ayer en Gotemburgo. El MAPFRE ha largado amarras después del mediodía para disputar la última etapa de esta edición de la vuelta al mundo, la 13ª de la historia y la que será recordada como la primera en la que tres barcos optan a la victoria final y se jugarán todo a una carta. Un sprint de casi 1.000 millas que decidirá el mejor de casi 46.000.

“Va a ser una etapa muy complicada, con muchos cambios de viento, muchas transiciones, muchas maniobras también… así que habrá mucho movimiento y mucha intensidad. Son sólo tres días y evidentemente no podemos aguantar tres días sin dormir, aunque dormiremos lo mínimo posible para intentar apretar el barco al máximo”, ha declarado el cántabro Pablo Arrarte antes de soltar amarras.

Puntual a las 14:00 horas, comenzaba esta décimo primera etapa con unas condiciones de viento de unos 15 nudos y mucha ola. Esta vez no ha habido recorrido inicial entre boyas por lo que la flota ha cruzado la línea de salida para salir del canal de Gotemburgo, pasar por la baliza de desmarque –Gaveskar- y ya a partir de ahí vía libre para los VO65, que poco después de dejar el desmarque han empezado a virar al norte, siendo Brunel el primero en hacerlo seguido de MAPFRE y Vestas.

Dos horas después de la salida, a las 16:00, la flota al completo se mantiene en un margen de una milla con, por el momento, dos grupos bien diferenciados. Uno más al este, formado por Dongfeng, Scallywag, Vestas y Turn The Tide On Plastic. Y otro, más al oeste, con MAPFRE, AkzoNobel y Brunel.

Una etapa laberinto
Sí, una etapa corta comparada con lo que estamos acostumbrados, aunque como dice el patrón Xabi Fernández, “tampoco son los 100 metros lisos, es una carrera de obstáculos”, bromea. Los primeros compases de esta etapa, descrita como el navegante Joan Vila como “un laberinto”, conducen a la flota ciñendo por el mar Báltico hacia el norte, donde cerca de Noruega hay una baliza que tiene que pasar obligatoriamente. A partir de ahí los VO65 tendrán que volver a bajar para pasar por una baliza obligatoria del recorrido situada frente a Aarhus, en Dinamarca y que, presumiblemente, alcanzarán esta tarde.

Superado ese punto, el MAPFRE tendrá que subir de nuevo hacia la punta norte de Dinamarca para rodearla e irse al oeste entrar en el mar del Norte y poner rumbo sur hacia La Haya, pero ojo, con muchas zonas de exclusión de por medio “sobre todo en la zona del Mar del Norte bajando hacia La Haya”, advierte Vila. “Allí hay zonas de exclusión, zonas de separación de tráfico que son bastante largas en toda la costa del norte de Alemania hasta el norte de Holanda. Aparte, también hay otras zonas de exclusión debidas a plataformas petrolíferas o a campos eólicos que están en el mar”.

Y luego, el final, donde se prevé que las condiciones de viento disminuyan “e incluso podría haber condiciones de calma para la llegada. Espero que no haya mucha calma al final, aunque ya hemos visto que a veces esas condiciones nos han venido bien” sentencia Joan Vila.

Habrá que esperar tres días para conocer el desenlace final.

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