El cuidado de los filtros

El motor de nuestra embarcación dispone de diversos tipos de filtro, dependiendo de los elementos que debe filtrar. En todos los casos un buen mantenimiento facilitará el funcionamiento y el alargar la vida útil del motor. En un moderno motor para náutica deportiva, debemos diferenciar tres filtros básicos entre el destinado a filtrar la toma de agua de refrigeración, el filtro de la toma de aire y el filtro destinado al combustible. Además, los motores de 4 tiempos cuentan con un filtro integrado para el aceite del circuito de lubricación. La obturación o mal funcionamiento de cualquiera de ellos puede suponer aumento de temperatura o consumos, además de pérdida de rendimiento hasta llegar incluso a daños mecánicos.

Para evitar estos problemas, debemos plantearnos seriamente una serie de revisiones periódicas de los mismos, resultando además uno de los puntos importantes para revisar en cuanto detectamos un mal funcionamiento del motor.

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Localizarlos

En cualquier tipo de motor dedicaremos algo de tiempo a tener bien localizada la situación de los mismos. Los motores interiores incorporan un filtro para la admisión de aire, uno específico para el circuito de aceite en los de 4 tiempos e incluso pueden incluir uno interior de combustible o de agua, aunque generalmente éstos se sitúan como un montaje externo, al igual que el de la toma de agua de refrigeración.

En los motores fueraborda, se incluye el filtro de aire, el de aceite en los de 4 tiempos y en algunos casos también un filtro de combustible, que preferiblemente se complementa con un filtro externo con decantador de agua.

 

Revisarlos y limpiarlos

Cada motor indica en sus instrucciones de uso unas tablas de horas de mantenimiento con las periodicidades de limpieza o sustitución de los diferentes filtros que incluye en su estructura, que es recomendable cumplir de forma exacta para disfrutar de un funcionamiento óptimo, e incluso para no perder las garantías del fabricante. En cuanto a los filtros externos, es nuestra responsabilidad programarnos días para revisar su estado y la necesidad de limpiarlos o sustituirlos si fuera necesario.

En el caso concreto de los filtros de combustible, la aparición de sedimentos o agua en su interior, puede significar que hemos cargado en una gasolinera con combustible de mala calidad, a la que es mejor no volver, o que tengamos algún problema interno de óxido o filtraciones en nuestro propio depósito.

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En los filtros de aire, la suciedad o rotura de las membranas de filtraje montadas por los fabricantes, puede suponer una mala combustión que afectará directamente a los consumos y al rendimiento, por lo que debemos vigilar su estado, por lo menos cada principio y final de temporada.

En cuanto a los filtros de agua, son seguramente los más fáciles de controlar al afectar directamente al circuito de refrigeración y ser visibles desde el exterior de la embarcación. Si vemos que no sale suficiente agua por el escape o por el testigo en los fuerabordas, sabemos que podemos tener una obturación y que debemos revisar el filtro y el circuito si fuera necesario, para evitar aumentos de temperatura excesivos que puedan dañar el motor.

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