46ª Rolex Fastnet Race: 90 años de referencia

La Rolex Fastnet Race 2015 confirmó su reputación como referencia entre las regatas oceánicas mundiales, y aunque no pasará a la historia por su dureza, brindó los ingredientes que se espera de una prueba de altura de 600 millas náuticas. Sólo diez barcos se vieron obligados a retirarse, un dato que prueba el espíritu de perseverancia que ha predominado en esta edición y recuerda el de las 45 que la precedieron a lo largo de los últimos 90 años.

_content_photo_2015_08_35765_0_1_photo_FSNT15df_0395A© Rolex / Daniel Forster

La 46ª Rolex Fastnet Race reunió a una flota récord de 356 barcos en su línea de salida; ofreció un abanico de condiciones que puso a prueba la capacidad táctica, la marinería, la determinación y, en ocasiones, la paciencia; y, como colofón, fue ganada por uno de esos héroes anónimos del deporte de la vela, un hombre que ha ido sumando regatas con una discreción propia del más puro espíritu amateur. La victoria de Géry Trentesaux y su tripulación a bordo del 35 pies (10,7 metros) Courrier du Léon demuestra una vez más la grandeza de esta prueba, que enfrenta en el mismo terreno de juego a los más potentes equipos profesionales contra grupos de amigos a bordo de barcos de recreo, y en el que la palabra “favorito” carece de sentido.

La regata y el RORC nos son los únicos que han celebrado aniversarios este año. El Royal Yacht Squadron, que tradicionalmente acoge la salida de la prueba desde su histórica sede social en Cowes (isla de Wight), cumple su bicentenario, y el inicio de la Rolex Fastnet Race 2015 formó parte destacada de su programa de celebraciones. Rolex disfruta de una larga y fructífera relación con ambos clubes, y patrocina la regata desde 2001.

La coincidencia de estos significativos aniversarios añadió un extra de atracción a una regata popular  de por sí. En recientes años, el RORC ha estado sometido a presiones para abrir las puertas a un mayor número de participantes. El límite de 300, establecido tras la tragedia de 1979 (15 fallecidos), fue alcanzado en 2009 y posteriormente superado tanto en 2011 como en 2013, en cuanto el club decidió abrir la inscripción a tantos equipos como quisieran aceptar el desafío. Este año, el tope de la flota IRC –aquellos compitiendo por el Fastnet Challenge Trophy y el Rolex– fue establecido en 340, con provisión de otros 50 compitiendo por sus propios premios –las llamadas clases profesionales: multicascos, IMOCA 60, Class 40 y Figaro–. En cuanto se abrió el plazo de inscripción, el límite se alcanzó en apenas 24 minutos. A partir de entonces se puso en marcha el exhaustivo proceso de cualificación para barcos y tripulantes, estableciendo el listado final en 356 barcos, 312 de ellos en pugna por el premio principal.

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Salida en cámara lenta

Puede que esta edición no sea recordada como una auténtica clásica. La meteorología no brindó condiciones favorables para incrementar el mito. Para empezar, hubo poco viento. Cuando la brisa llegó, lo hizo acompañada por lluvia, llovizna o neblina. Esta vez, resultó más un desafío por su exigencia táctica que por su dureza. El primer par de días ofreció brisas relativamente suaves y con sol, para luego convertirse en una tradicional ceñida hacia la Fastnet y popa de regreso a la meta frente a Plymouth.

Al frente de la carga, aunque no compitiendo por la Rolex Fastnet Race, el maxi trimarán Spindrift 2 salía con la expectativa de doblegar a sus oponentes, que en su mayoría apenas alcanzaban la mitad de su eslora de 131 pies (40 metros). Sólo el Prince de Bretagne (80 pies ó 24,4 metros) osó amenazar al coloso suizo, especialmente cuando rodearon las Scillies en el tramo final. Co-patroneado por Dona Bertarelli y Yann Guichard, el Spindrift 2 sería el primero en cruzar la línea de meta tras 2 días, 10 horas, 57 minutos y 41 segundos, más de un día por debajo de su propio récord, establecido en 2011.

Lucha de gigantes

Entre la flota de monocascos, la lucha por la victoria en tiempo real parecía inevitable entre tres fortísimos aspirantes: el 100 pies (30,5 metros) estadounidense Comanche de Jim Clark y Kristy Hinze Clark –botado en 2014 y considerado el maxi más rápido de la actualidad­­–, el más veterano y pesado 100 pies británico Leopard ­–que ya ganó la regata y estableció un récord en 2007– y el más pequeño y nuevo, el recién botado 88 pies (26,8 metros) estadounidense Rambler 88 de George David.

Comanche necesita viento para desplegar su verdadero potencial. Ante la falta de presión en las dos primeras jornadas de competición, la tripulación comandada por Ken Read apenas pudo despegarse del Rambler 88. El coloso de Jim Clark ganaba la partida cruzando la línea de meta tras 2 días, 15 horas, 42 minutos y 26 segundos, apenas cuatro horas y media por delante de su compatriota.

Incertidumbre hasta el final

Conocido el nombre del ganador en tiempo real, faltaba por desvelar la identidad del vencedor en tiempo compensado, el ganador absoluto de la Rolex Fastnet Race. La batalla por el título fue compleja. Por momentos, pareció que la ausencia de viento iba a beneficiar a los barcos de mayor eslora, cuyos más altos mástiles y mayores superficies vélicas permitirían aprovechar mejor la poca presión existente.

El Momo de Dieter Schoen navegó una magnífica regata. Concedida la ventaja irrefutable del mayor tamaño, más avanzada tecnología y las quillas pivotantes de sus rivales al frente de la flota, el Maxi 72 lograba cruzar la línea en una respetable cuarta posición. Por momentos pareció un serio candidato a la victoria final en compensado. Pero no iba a poder ser. Una brisa en aumento en la zona de la Fastnet acabaría por estabilizarse en el resto del recorrido, renovando las esperanzas de los barcos más pequeños, muchos de los cuales todavía no habían alcanzado la roca para cuando el Momo tocaba tierra en Plymouth.

La salida del JPK 10.80 Courrier du Léon fue todo menos prometedora. En una regata de poco viento, cometer un fuera línea y perder 40 minutos para solventar el error suele ser fatal. Pero a Géry Trentesaux no le tembló el pulso. Junto a su tripulación, el veterano patrón francés de 56 años tiró de experiencia, garra y marinería para reponerse, aprovechando la mínima oportunidad para recuperar terreno a sus rivales.

Trentesaux afrontaba su decimotercera Rolex Fastnet Race, contando a bordo con una excepcional tripulación de seis miembros, de los que cinco llevaban navegando con él desde 1999. “Hice mi primera Fastnet en 1977, y fue realmente lenta. Iba a bordo de un Nicholson 51, y necesitamos siete días para completar la regata. Repetí en 1979”, recordaba Trentesaux poco después de conocerse ganador. “Cuando era joven, la Fastnet era la mayor y más auténtica regata del mundo, así que correrla con sólo 18 años fue fabuloso. Las cosas han cambiado mucho a lo largo de 40 años, pero éste será un gran recuerdo, uno de los mejores de mi carrera. Es increíble ganar esta mítica regata”.

Victoria española en Class 40

El Class 40 Tales II de Gonzalo Botín fue el único equipo español entre los 356 de 25 nacionalidades que tomaron la salida en Cowes el domingo, 16 de agosto. Compitió en una flota de 22 monotipos Class 40 (de 40 pies ó 12,2 metros de eslora), la división más numerosa no-IRC.

La del Tales II (segundo en 2013) fue una regata de menos a más. “El martes por la mañana creíamos que ya no teníamos opciones, así que hemos tenido bastante suerte”, reconocía Botín. “Sabemos que no somos fuertes con poco viento, así que nuestro objetivo era mantenernos cerca del resto para intentar recuperar cuando llegara la presión”. El barco cántabro rodeaba la Fastnet Rock tras dos días y medio de regata en tercera posición, a sólo 15 minutos y 25 segundos del líder de la clase. Un tramo final impecable permitía al Tales II superar a sus rivales y cruzar primero la línea de llegada en Plymouth. “Por momentos navegábamos a 15-18 nudos, una de las mejores navegaciones oceánicas que recuerdo, excelente”, indicaba el armador. La victoria supuso 3 días, 9 horas, 17 minutos y 22 segundos de esfuerzo, casi 20 minutos menos que su inmediato perseguidor, el británico Concise 8 de Tony Lawson.

Junto a Gonzalo Botín, compitieron a bordo del Tales II los también cántabros Nacho Postigo (navegante), José María Torcida, Carlos Ruigomez, Pablo Santurde y Antonio Piris.

Aunque el Tales II fue el único barco español en liza, muchos tripulantes españoles compitieron distribuidos por toda la flota. Entre los mejor clasificados, destaca el alicantino Gonzalo Infante, ganador de clase Figaro II (a dos) con el Chatham Marine junto al británico Sam Matson.

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