“Estas primeras 36 horas han sido un constante cuerpo a cuerpo y de mucha estrategia, ya que entre calmas, zonas de exclusión, viradas, trasluchadas, cargueros, islas, piedras y otros cinco barcos más, no da tiempo ni para sentarse a comer tranquilo”. Con estas palabras relataba Francisco Vignale, reportero a bordo del «MAPFRE», los dos primeros días de esta tercera etapa de la Volvo Ocean Race, la vuelta al mundo a vela por equipos, que dio comienzo el pasado 3 de enero, y que recorrerá los 4.642 millas náuticas entre Abu Dhabi y Sanya.
Tras pasar el Estrecho de Ormuz -el que separa las aguas del Golfo de las del Mar Arábigo- con muy poco viento, los barcos se han acercado a la costa iraní tanto como se lo permite la zona de exclusión, llegando hasta su mismo límite, buscando algo de brisa provocada por el litoral.
Tener que lidiar con dicho área, en la que no se pueden adentrar, ha provocado que los barcos hayan tenido que encadenar trasluchada tras trasluchada. Hasta 16 en dos horas en el caso del «MAPFRE», tal y como explicaba su tripulante Rafa Trujillo -todo un bautizo de fuego para el debutante en el barco español-, o 18 en 9 horas en el caso del «Dongfeng Race Team».
La flota está siguiendo la misma táctica desde que salieron. Sólo «Abu Dhabi Ocean Racing» se atrevió a desobedecer el guión bordeando la Península de Musandam, el punto en el Estrecho de Ormuz que marca la salida al Mar Arábigo, por el exterior, en lugar de entre las islas como hizo el resto de la flota. Ian Walker pensó que al otro lado a sus contrincantes les esperaba una calma que le permitiría adelantarlos, pero no fue así.
Pero el juego no ha hecho más que empezar, y todavía les quedan alrededor de 4.200 millas -7.800 kilómetros- para llegar a Sanya, en China. Lo explicaba Charles Caudrelier esta mañana. «Navegamos con mucho estrés porque siempre está el miedo de que uno de los equipos se escape con una pequeña racha». Es posible que las condiciones continúen igual de estresantes durante varios días, pues la flota se encontrará con un anticiclón en medio de su ruta, que deberán rodear por el Norte, acercándose al litoral iraní, y luego paquistaní.
Será después cuando los seis barcos puedan poner rumbo al Sur, pero con ello no aumentará la tranquilidad. La organización de la regata calcula que son unos 300.000 los barcos de pesca que se encontrarán a lo largo de la costa India. Lo que equivale a decir, en términos de riesgo de colisión, que es una de las zonas más peligrosas del mundo.
FOTO: Francisco Vignale/MAPFRE/Volvo Ocean Race