Belleza, aventura y naturaleza son palabras que muy frecuentemente van unidas al nombre de nuestro destino, Seychelles. Este impresionante archipiélago formado por más de 150 islas se convirtió a raíz de su independencia a mediados de los 70, en destino favorito para todos los que buscaban playas salvajes, naturaleza exultante y sobre todo poder vivir lo que se siente visitando el paraíso terrenal.
Por Josemi Serrano
A finales de los 80 y durante la década de los 90, las islas Seychelles pasaron a formar parte de los destinos más exclusivos y caros que podíamos visitar. Incluso muchas parejas soñaban con ese viaje de novios. Pero posiblemente, la buena política de turismo convirtió este destino “inalcanzable” para muchos ciudadanos en un lugar accesible para presupuestos más modestos. La llegada, cada vez más intensa, de turismo hizo buscar otras ofertas de diversión para el viajero, empezando a surgir, entre otras, empresas de pesca, donde poder combinar nuestras vacaciones, con momentos inolvidables tras los peces soñados. Si añadimos la gran oferta en barcos de pesca con la política de captura y suelta, nos encontramos con un auténtico paraíso para el pescador. Tenemos a nuestro alcance poder luchar con esos trofeos que muchas veces hemos soñado en unas buenas instalaciones, con buenos guías de pesca en la modalidad que más nos apasione, desde mosca, a Big Game, en lugares donde poder disfrutar toda la familia.
Debido a su situación geográfica, justo al sur del ecuador y los vientos constantes que soplan el archipiélago hacen que el clima no sea el típico ecuatorial caluroso y húmedo, sino que las temperaturas son bastante más agradables, frescas y secas. La época de lluvias va desde el mes de noviembre a abril, dejando los meses comprendidos entre mayo y octubre como la mejor época para visitar estas islas.
Al ser un país, donde relativamente no existe el paro, la seguridad, teniendo en cuenta siempre los consejos básicos, es bastante elevada. Es un viaje de pesca que si queremos compartir con compañeros a los que no les apetezca pescar o con la familia, igualmente nos va a permitir que todos disfrutemos de la experiencia.
Dónde pescar
En Seychelles existen tantos destinos de pesca como podamos imaginar. En sus atolones, uno de los más conocidos es el de Farquhar, o en sus barreras de coral la exuberancia es una constante y no van a faltar desde los más buscados GTs (Giant Trevally), Groupers o meros (Epinephelus marginatus), atún dientes de perro o doggies, atunes de aleta amarilla, Green jobfishes, Rainbow runners, tiburones… Las cantidades y variedades de especies resultan realmente abrumadoras. Muchos pescadores tienen como meta en este destino el tan deseado GT pescado a popping. Una presa por la que, sin duda, ya vale la pena hacer este viaje. No es de extrañar poder tener más de 30 o 40 combates con estos magníficos peces, que son muy numerosos en los alrededores de los atolones y arrecifes y no son muy delicados a la hora de entrar a nuestros poppers.
Los combates a tener con estos extraordinarios carángidos los vamos a decidir nosotros, o mejor dicho, nuestras fuerzas. Son rivales duros, de potente y espectacular picada. Suelen atacar en grupo y no es de extrañar que se produzca alguna picada doble en nuestro señuelo, sobre todo de ejemplares menos adultos. El peso medio de la mayoría de peces ronda los 25 a 30 kg, pero cuando tienes al otro extremo a un auténtico Giant de más de 50 o 60 kg vemos que todo el mito que se ha formado en torno a estos auténticos peces se queda corto. Son combates a recordar toda la vida, con la satisfacción que ello supone la imagen y suelta. Otro gran adversario de estas aguas es el atún dientes de perro. Quienes han combatido con él son incondicionales de esta especie.
La explosividad al entrar en nuestra muestra, sobre todo en los jigs, junto con las largas carreras de desenfreno cuando sentimos nuestros anzuelos, hace que resulte auténtico mito dentro del mundo de la pesca. Por otro lado, he de confesar que si siempre hemos sido apasionados del popping, la pesca a jigging de cualquier grouper o mero es una experiencia difícilmente igualable. Bajamos el jig, normalmente de un tamaño considerable en torno a 200 o más gramos, y empezamos a moverlo con movimientos cortos pero enérgicos. Podemos estar un rato sin actividad pero de pronto sentimos como si hubiéramos enrocado, como si todo el peso del mundo estuviera al otro extremo de la línea. Sabemos que acabamos de “tocar” un gran mero y no podemos dejarle ni un metro de escapatoria. Ya sabemos qué pasaría. Directamente se iría a su refugio y así nos despediríamos de nuestra captura, nuestro bajo y nuestro señuelo. Tocaría “tirar” de riñones y poner a prueba nuestro potente equipo. Después de un combate al límite con semejante criatura, el verlo en superficie, poder subirlo a bordo, hacerle su foto correspondiente a la mayor brevedad, es un regalo. Esta experiencia nos va a marcar de por vida y veremos cómo una jornada de jigging bien vale por una captura de semejante porte, aunque aquí no sea el caso ya que las capturas con bastante frecuentes y constantes.
Si nuestro objetivo es pescar a jigging o a popping, tenemos numerosas opciones para ir en estas islas e incluso poder elegir en un mismo sitio qué nos apetece más ese día. Todos los fondos cercanos a la costa de entre 10 y 40 metros están realmente llenos de vida y tendremos la oportunidad de poder tentar tanto a jigging como a popping a sus numerosas especies. Incluso los peces que no acostumbramos a tocar en superficie, como pueden ser grandes pargos o meros, no dudarán en atacar nuestros poppers en estas sondas.
Equipos
En cuanto a los equipos que debemos llevar, apostaremos por las nuestras mejores y más potentes cañas y carretes para no tener que lamentarnos ante un rival considerable. La acción de las cañas de popping más recomendable estará en torno a unos 150 gr. Tengamos en cuenta que las jornadas de pesca son largas y, que con las pequeñas lanchas, nos podremos acercar mucho a los arrecifes donde está la actividad por lo que no será necesario una mayor potencia de lanzado pero eso sí, necesitaremos una muy buena potencia de bombeo por lo que nuestras cañas han de ser de la mejor calidad posible. Nuestras cañas de jigging vamos a intentar que sean lo mas potentes posibles y de la mejor calidad puesto que vamos a necesitar toda la ayuda posible a la hora del combate. Aunque no es necesario buscar considerables profundidades, sí que usaremos muchas veces grandes y pesados jigs, bien sea propiamente por las presas a seguir o en otras ocasiones porque las corrientes nos exigirán un mayor peso para poder bajar nuestras muestras. Llevaremos como mínimo un carrete potente, de velocidad media baja, para pescar a jigging, y de un buen tamaño. Imprescindible que sea de la mejor calidad posible. A las Seychelles vamos a por las mejores piezas y con los mejores equipos. Asimismo, nuestros carretes de popping serán rápidos y potentes. Hemos de tener en cuenta que un potencia de freno de entre 10 y 14 kg será lo más habitual al tarar nuestros equipos. Vamos a disfrutar al límite.
Hay muchas razones para ir a las Seychelles y, si eres pescador, las razones se multiplican para poder practicar nuestra afición en un sitio incomparable. El mejor motivo para realizar este viaje será vivir lo que a partir de ese momento vamos a soñar.