La técnica del jigging es impactante, puede que el resto sean más visuales o incluso auditivas cuando suena el carrete, pero en ésta cuando se da picada la potencia de la presa en nuestros brazos es realmente sensacional. En nuestra edición de febrero, 246, publicábamos un reportaje de jigging desde kayak. En este número, incluimos los señuelos a usar para esta táctica: metálicos, kaburas, inchikus, vinilos… Todos ellos tienen sus particularidades y su función según cada momento.
En el jigging convencional con señuelos metálicos podemos diferenciar ampliamente dos tipos de jigs: los largos y los cortos. Los Jigs largos, los más estilizados nos servirán para que profundicen con un peso menor a mayor rapidez, además de facilitarnos el jigging, dado su menor rozamiento con el medio. Desde el kayak les imprimiremos movimientos generalmente más rápidos y cortos (short jerks). Se adaptarán mejor las cañas cortas y de acción rápida. Destinados a peces que se mueven entre el fondo y media agua, como puede ser, la serviola, el bonito, el palometón…
Los jigs cortos, al ser rechonchos albergan su mayor peso en el centro. Les daremos unos movimientos cortos y regulares (short jerks). Desde kayak nos es más fácil usar este tipo de señuelo. Podemos moverlos con otros estilos, como puede ser el pirking (movimiento continuo arriba y abajo tocando el fondo sin recoger nada de sedal) o también con uno de slow jerk. Será una oscilación muy lenta, a recogidas de menos de vuelta de manivela paseando el señuelo muy cerca del fondo.
Estos jigs están destinados a la pesca de peces que se mueven por el fondo, como mero, dentón, cabracho… Para moverlos podemos utilizar cañas de acción rápida o semiparabólica. Si los jigs son pesados utilizaremos caña de acción rápida, para jigs más ligeros iremos cambiando a cañas de acción más suave.
Kabura e inchiku
Para pescar al estilo kabura o inchiku se necesitarán cañas parabólicas, para dar un baile acompasado a las faldas o pulpitos de los mismos. Señuelos que, al igual que los jigs más cortos, están destinados a trabajar por el fondo. Quizás los inchikus que pueden tener un movimiento más veloz pueden subir unos cuantos metros en la capa de agua. Dentro de esta modalidad, kabura e inchiku, muchos fabricantes están lanzando cañas de diferentes potencias para pescar con kaburas e inchikus de mayor o menor gramaje.
Vinilos
Se componen de una cabeza plomada y de un vinilo de plástico líquido. En la plomada va alojado el anzuelo, a veces insertado en la misma, y otras, de anzuelo intercambiable.
Para esta pesca, entre todos los movimientos que le podremos dar al vinilo, destaca uno muy fácil: la recogida lineal. El equipo va en concordancia al peso del jig para que no sufra en demasía la caña, que será de acción rápida o semiparabólica.
Si no tenemos cañas para cada estilo de jigging, podemos utilizar las que tengamos. Quizás no sean los movimientos más adecuados pero no tienen por qué ser menos efectivos. Otro apunte es preparar el equipo para un tipo de captura, no es lo mismo pescar una serviola a media agua que un mero o dentón en el fondo que, en seguida, se lanzará a cobijarse o a rozarse con el fondo. Por eso destinaremos un equipo más potente, capaz de frenar las primeras arrancadas de estos animales. Con la práctica, fallos, pérdidas y errores sabremos en qué momentos y épocas del año usaremos un equipo u otro.
Elección del señuelo y colores
No por el señuelo en sí, sino por la capa de agua en que lo hacemos bailar, existen artificiales preparados para trabajar mejor en una capa de agua que en otra.
Los jigs largos trabajarán mejor en las capas intermedias de agua en busca de los depredadores más veloces.
Los kabura, por ejemplo, se moverán perfectamente pegados al fondo, buscando cualquier resquicio de vida.
Si lo que pretendemos es buscar peces que se mueven por batimetrías profundas, pues utilizaremos el estilo kabura, si por el contrario buscamos piezas que hacen vida en la partes altas, probaremos con jigs que le podamos imprimir más velocidad.
Colores
Como ya sabemos el color rojo es el primero que desaparece, entre los 3 y 10 metros, a continuación amarillos y naranjas, entre los 12 y 20 metros, más tarde se pierde el verde y el azul, de 20 metros a los 60 y por último el violeta, convirtiéndose todos en un tono grisáceo.
Por experiencia personal los colores son muy difíciles de escoger lo que a uno le funciona bien u otro le funciona mal.
Al igual que en diferentes puntos de España es eficaz un determinado color y en otros, otro. Para capturar los peces del fondo escogería colores chillones como el naranja, amarillo, verde, violeta y fluorescentes.
Los contrastes entre los colores también son una buena opción. Las muestras de colores naturales quizá las dejaríamos más para días de aguas claras y jigging de menos profundidad.