La revisión de la balsa salvavidas

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La balsa salvavidas se ha convertido hoy en un elemento imprescindible de seguridad para todas aquellas embarcaciones de bandera española que naveguen a más de 12 millas de la costa, un aspecto que no afecta los barcos que cuentan con otros abanderamientos, que se rigen por las normativas de su respectivo país, que son siempre más permisivos que la restrictiva ley española.

Debido a la actual normativa española y a las fechas de caducidad de sus componentes es necesario revisar anualmente nuestra balsa salvavidas si queremos evitar sanciones y disfrutar de un plus de seguridad.

Según la Orden FOM/1144/2003 de 28 de abril, con las modificaciones introducidas por la Orden FOM/1076/2006, de 29 de marzo, se obliga a llevar a bordo de las embarcaciones con matrícula española que despachen el certificado de navegabilidad para navegación en las Zonas 1, 2 y 3 –por lo tanto, para todas aquellas que naveguen a más de 12 millas de la línea de la costa– una balsa salvavidas homologada por la Dirección General de la Marina Mercante.

Por otra parte, debemos tener en cuenta que la balsa siempre debe ofrecer, por lo menos, el mismo número de plazas que el número máximo de tripulantes que esté indicado en el Certificado de Navegabilidad de nuestra embarcación.

 

Tipos de balsas

Las balsas, según las legislaciones europea y española, pueden contar con homologación SOLAS o ISO. La SOLAS de uso para náutica profesional y deportiva de altura y la ISO 9650, solo para uso deportivo. Las de tipo SOLAS se reservan a nivel deportivo, para uso en la Zona 1 de navegación, mientras que para las Zonas 2 y 3, es suficiente con una Balsa ISO 9650.

La principal diferencia a efectos prácticos entre ambas es que las primeras cuentan con tejidos y costuras más reforzados, que incluyen en su equipamiento de emergencia raciones de alimento y agua, y también que su container debe poder flotar en el agua sin necesidad de disparar la balsa.

Cabe tener en cuenta que en algunos países las balsas ISO cuentan también con una segunda clasificación que diferencia entre los modelos para navegación Costera, de Altura u Oceánica (Offshore), que depende del equipamiento interior y de su propio diseño.

 

Revisión periódica

Todas las balsas salvavidas homologadas deben pasar unas revisiones periódicas, que solo son admitidas por la Administración en el caso de que se realicen en un centro oficial autorizado por la misma. Dichos centros deben cumplir unas restrictivas reglas y cubrir una serie de garantías.

El problema principal viene dado porque cada balsa, dependiendo de su construcción, materiales o equipamiento, incluye elementos con diferentes periodos de caducidad de alguno de sus componentes y éstas raramente coinciden. Esta disparidad de fechas, en la que parece ridículo hoy en día que los fabricantes de productos no se hayan puesto de acuerdo, obliga en muchos casos a que, en realidad, la revisión deba hacerse todos los años según la actual legislación española.

Por norma general, los dos primeros años de vida de la balsa no comportan ningún gasto, puesto que la pirotecnia y el botiquín acostumbran a caducar cada 3 años, cada 5 años la luz del techo y la carga de la botella de aire comprimido, mientras que el resto de equipamiento extra, como víveres, pilas de linternas, etc, tienen una caducidad bastante variable según el fabricante.

Esta revisión supone, además, un gasto nada desdeñable, puesto que se debe abrir la balsa y pagar una serie de horas de trabajo, así como los elementos a sustituir.

Hace pocas temporadas se inició un estudio con la intención de “unificar caducidades” de todos los elementos de la balsa para que las revisiones solo se tuvieran que hacer cada 3 o 5 años. Este cambio de periodicidades supondría tener que hacer un solo gasto –lógicamente de mayor cuantía– cada 3 o 5 años –aunque teóricamente menor que el que resulta de sumar 3 o 5 revisiones. No obstante parece que de momento no se han puesto de acuerdo fabricantes y Administración.

 

Revisión de una balsa, paso a paso

– Registro de datos de balsa y propietario.

– Control fechas caducidades (gas, disparador, bengalas, comida).

– Control estado del container o bolsa, fisuras, desgastes…

– Abrir la balsa manualmente. Quitar precintos, abrir container o bolsa sin estirar de la boza de disparo.

– Sacar la balsa de la bolsa interior y desenganchar el cabo de disparo de la botella de aire comprimido.

– Desmontar la botella y desmontar el disparador.

– Pesar la botella comparando el peso con el que le corresponde.

– Rellenar la botella si es necesario.

– Desplegar la balsa e hincharla con aire por medio de un compresor.

– Comprobación de pérdidas de aire en todas las válvulas, incluidas las de sobrepresión con jabón líquido.

– Revisar luces de posición y recambio de baterías si fuera necesario.

– Revisar ancla de capa y correcta estiba de su cabo.

– Control del estado del equipo de seguridad obligatorio y sustitución del que haya caducado. Bengalas, pilas, medicinas y raciones de emergencia dependiendo de la clase para la que está homologada.

– Se guarda todo el material y se desinfla la balsa para doblarla correctamente, de manera que ocupe el mínimo espacio posible.

– Se coloca en el interior de la bolsa de protección, conectado previamente el disparador con la boza correspondiente.

– Se cierra la bolsa y se le extrae todo el aire con un aspirador para reducir aún más el espacio que ocupa.

– Se coloca en el interior del container o bolsa exterior y se procede a cerrar las cinchas de seguridad.

– Se marca en el exterior la fecha de las próximas revisiones.

 

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