Alex Thomson en el Hugo Boss sigue líder de esta octava Vendée Globe, que se extiende a lo largo de más de 1.800 millas, con Dídac Costa situado al oeste de Oporto. Desde la salida de Les Sables d’Olonne el domingo 6 de noviembre, el grupo de cabeza está librando con rabia una dura batalla y deberá seguir luchando en las calmas ecuatoriales, donde pueden repartirse nuevas cartas.
El ritmo frenético de esta regata alrededor del mundo está empezando a pasar factura a regatistas y barcos. Y no olvidemos que todavía quedan más de 22.000 millas (39.600 km) hasta la meta. Tanguy de Lamotte anunció que hará escala en Cabo Verde para encontrar una solución a su mástil roto. Su objetivo es claro: seguir compitiendo.
© Mark Lloyd
Las velocidades comienzan a bajar las correderas. Alex Thomson, Vincent Riou y Armel Le Cléac’h han ralentizado suavemente su avance. Las calmas ecuatoriales no están muy lejos. Mañana por la mañana, lunes 14 de noviembre, serán engullidos sufriendo lluvias, golpes de viento y se rasgarán las vestiduras para avanzar en las zonas sin viento, maniobrando como locos para minimizar las pérdidas cuando estén sin gota de viento. En resumen, un rompecabezas que los navegantes conocen bien y que debe durar un buen día. La tensión aumenta entre los siete primeros, pues saben que cualquier cosa puede suceder en esta “trampa” ecuatorial. Tal vez también sea una oportunidad para que Yann Eliès (Quéguiner- Leucémie Espoir), Thomas Ruyant (Le Souffle du Nord pour le Projet Imagine), Jean Le Cam (Finisterre Mer Vent) y Jean-Pierre Dick (St-Michel Virbac) recorten distancia y entren en la pomada.
Pequeñas heridas para los guerreros y sus barcos
En las comunicaciones telefónicas, los patrones han relatado que ha habido un montón de sustos. Con este potente viento alisio durante el paso de Madeira y el fuerte ritmo impuesto por los siete barcos de cabeza, todos van fustigando sus monturas. Y con las duras rachas, los barcos se desbocan. Algunas piezas crujen, las velas se fatigan.
Así, Tanguy de Lamotte en su Initiatives Coeur se ha visto perjudicado por la rotura del tope de palo, y se ve obligado a refugiarse en una bahía de Cabo Verde, a donde llegará tras navegar 100 millas para buscar solución a su problema. Tanguy podría anclar o amarrarse a una boya en Mindelo, en la isla de Sao Vicente, o en la Bahía de Tarafal (Santo Antao) bien protegido del mar y del viento. Conrad Colman (Foresight Natural Energy), Stéphane Le Diraison (Compagnie du lit -Boulogne Billancourt), Bertrand de Broc (MACSF), Jean-Pierre Dick (St-Michel-Virbac), Eric Bellion (CommeUnSeulHomme) y Kojiro Shiraishi (Spirit of Yukoh) han explicado sus aventuras en las proas de sus barcos para recuperar una vela suelta o una driza dañada. Muchos se encontraron en situaciones difíciles, incluso peligrosas. «Con la fatiga, unida a los movimientos bruscos del barco, podemos hacernos mucho daño», reflexionaba Morgan Lagravière (Safran), que se abrió la cabeza esta mañana sin gravedad. Thomas Ruyant se golpeó contra la mesa de cartas, al levantarse de su litera.
El camino aún es largo, los patrones saben que en este gran maratón deben cuidarse. Éste es probablemente el secreto para completar con éxito la vuelta al mundo.