Muy apreciado por su carne, el dentón (dentex dentex) se puede capturar de numerosas maneras, aquí tratamos la técnica del jigging y damos a conocer algún truco para tentarlo en la zona del Delta del Ebro.
Los dentones gustan de ocupar dos tipos de escenario, parecidos pero distintos. Por una parte son fieles habitantes de los pecios sumergidos entre los 20 y los 100 metros. Estos lugares, formados por distintos materiales, presentan cuevas y recovecos que dan cobijo a los peces pasto de los dentones y, por otra, también habitan entornos mixtos de roca, algas y arena, que igualmente ofrecen protección a los peces “menores”. A este último tipo de fondo, más fácil de encontrar, nos vamos a referir, pues si queremos ir a pescar a pecios debemos conocer previamente las coordenadas con extrema exactitud. Resulta obvio, que en el Delta del Ebro las rocas se encuentran en su extremo Norte, en la costa del Golfo de Sant Jordi, desde L´Ampolla hasta pasado Calafat. Una vez lleguemos a la zona, nos será imprescindible el uso de la sonda, para detectar hasta qué distancia de la costa tenemos rocas en el fondo. La media debe estar en torno a los 10 metros de profundidad, o sea, a partir de 10 metros de sonda. Si nos alejamos de la costa, dejaremos de percibir en la sonda la superficie rugosa del fondo, es decir, deduciremos que estamos sobre arena. Los 10 metros citados son de media, hay sitios donde en 14 metros sigues encontrando roca y, en otros, con 4 metros ya estás sobre arena.
De todo el litoral rocoso en el que podemos encontrar dentones, resulta muy fructífero el de la zona entre L’Ametlla de Mar y el Castillo de Sant Jordi d’Alfama, antes de llegar a Calafat. Es frecuente ver por esa zona embarcaciones practicando el curricán en busca de dentones y lubinas.
Técnicas y señuelos inchiku y kabura
Una vez localizada esta área, donde cambia de roca a arena, deberemos analizar el viento y las corrientes en ese momento. Como vamos a pescar al pairo o al garete, es decir sin motor ni gobierno, se trata de poner la embarcación de manera que intuyamos una buena pasada por la zona del cambio de fondo. Por su supuesto que el sitio de sólo roca también es muy bueno para lograr la picada, y debemos aprovechar que la pasada sea lo más larga posible. Para quienes gusten de tocar fondo de vez en cuando con el señuelo, es obvio que la parte limpia del fondo, es decir la arena, resulta más benigna a la hora de evitar los enganchones.
Los señuelos inchiku vienen a ser un plomo con faldillines de vinilo y dos anzuelos simples. Su funcionamiento es muy elemental, se suele mover en jigging vertical, de tal manera que cuando sube, pesca por la tracción del pescador que lo mueve un metro o metro y medio, y en cuanto se baja la puntera de la caña, el plomo arrastra el señuelo en dirección al fondo proporcionando de nuevo una sensación viva del señuelo. De hecho, la forma del inchiku sugiere ser un cefalópodo, bocado que resulta una delicia en la dieta habitual del dentón. Los inchikus presentan varios gramajes de plomo, cuanto más rápidamente se mueve la barca y la sonda a pescar es mayor, mayor gramaje pondremos para evitar que la línea trabaje demasiado inclinada sobre el fondo, aunque hay que decir que también pican con ángulos grandes, recogiendo en este caso formando dientes de sierra, diríamos haciendo en este caso spinning con el señuelo. Los gramajes normales de los inchikus van desde los 40 gramos, que se usarán en días de poco viento y en sondas cortas, hasta los 110 gramos, para días más movidos o sondas grandes. El estándar a utilizar en el Delta del Ebro, por las condiciones, es el de 80 gramos. Por supuesto que los hay mayores de 110, para pecios por ejemplo, pero para pescar dentones en el Delta del Ebro son los que se usan. Emplearemos un multifilamento como línea madre que nos permitirá no ofrecer mucha resistencia de la misma con las corrientes y que no nos la incline demasiado con respecto a la superficie del agua, a la vez que ofreceremos muchos kilos de resistencia al dentón. Como éste es muy voraz, pero también muy desconfiado, es recomendable que el terminal sea de fluorocarbono.
Otro de los señuelos que funciona es el kabura, cabezas esferoides plomadas, de colores, con faldillines de vinilo y dos anzuelos simples. Se asemejan a los spinnerbaits sin el brazo de la cucharilla. Los kaburas se manejan por el fondo, a veces es suficiente el desplazamiento de la embarcación para arrastrarlos. Se trata de que vayan levantando la arena del fondo para llamar la atención. Si se le da algún golpe de muñeca de vez en cuando para levantarlo del fondo, mejor. Dado que surca los fondos, es recomendable que las trayectorias de la embarcación sean sobre fondos de arena para evitar enganchones, sin perjuicio de ir cerca de las rocas.
Siempre están los jigs clásicos, tanto los metálicos como los de vinilo con cabeza plomada. Los metálicos, para jigging vertical, y los vinilos con cabeza plomada, tanto en vertical como en recogida con dientes de sierra, lanzando el señuelo lejos de la barca y haciendo grandes paradas en la recogida, para volver enérgicamente a ponerlo en marcha. Los de 14 cm y 40 gramos van muy bien.
En cuanto a las tonalidades, sugerimos escoger rosas y azules para inchikus, kaburas y jigs metálicos, dejando los colores más reales, como el gris, por ejemplo, para los vinilos con cabeza plomada. Como veis, no es fácil pescar dentones en el Delta del Ebro a jigging desde tierra. Merece la pena ir en busca de una empresa de alquiler de embarcaciones; con una de 5 metros de eslora y motor de 40 CV será suficiente para pescarlos con mucha comodidad. En el Delta del Ebro están disponibles por poco más de 80 euros para medio día, más el combustible que se consuma. A pesar de que este tipo de embarcación está homologada para navegar seis personas, para la captura del dentón a jigging, se recomienda ir máximo tres personas, para tener buena movilidad dentro del casco. Lo cierto es que el coste de media jornada de pesca repartido entre los tres pescadores sale muy económico.
Picada, clavada y combate con el dentón
Es obvio, como ocurre en otras técnicas, que hay que estar atentos y concentrados en el vaivén del señuelo e intentar notarlo constantemente al otro lado de la línea. La picada se puede producir tanto en el ascenso como en el descenso del señuelo. Si es en el ascenso, se nota rápidamente el gran tirón, y si se produce en el descenso, se destensa la línea y hay que ser capaz de discernir si el señuelo toca fondo o lo ha tomado nuestro dentón. En cualquier caso, la clavada se debe hacer bruscamente y sin contemplaciones, que entre bien el anzuelo. El freno del carrete deberá estar muy ajustado, muy fuerte, sólo debe liberar línea si la captura es anormalmente grande y nos tememos la rotura. En el Delta del Ebro no es raro pescar dentones de 4 kilos o más. Hay que tener en cuenta que pueden picar a medias aguas, en cuyo caso tenemos mejores pronósticos de embarcar el ejemplar, o picar prácticamente en el fondo, en donde rápidamente buscará cobijo en cuevas y recovecos de rocas y algas, poniendo a prueba nuestro terminal, que aunque supere la prueba, estaremos en problemas si el dentón se logra encovar. Digamos que éste posee la misma intuición para el peligro que el mero o el congrio, maestros en buscar refugio seguro en los fondos rocosos. De ahí nuestro interés en que el carrete no dispense sedal para no darle metros al dentón. En cuanto podamos, debemos ir recogiendo línea para alejar el dentón del fondo, que representa su salvavidas. Aquí nos dará fuertes y bravos tirones. En cuanto lo tengamos en aguas más libres (si lo vemos conveniente aquí ya podemos aflojar un poco el freno), e irlo cansando poco a poco, hasta su llegada a la superficie, donde la sacadera o el gancho nos acabarán el trabajo.
Descripción y época de pesca
Su nombre científico es Dentex dentex y pertenece a la familia de los espáridos, como la dorada o el sargo. Presenta el cuerpo oval, recio, comprimido y con grandes escamas. La forma de su perfil es parecida a la de la dorada. Tiene una única y larga aleta dorsal compuesta por 12 radios y dos grandes aletas pectorales. Los machos adultos muestran un bulto en la cabeza, casi entre los ojos. De amplia boca con labios gruesos, y como su nombre indica, provisto de buenos y afilados dientes caninos, tanto en la mandíbula superior como en la inferior. Es de color gris plata-azulado, con reflejos irisados rosáceos muy característicos. Puede alcanzar el metro de longitud y superar los 10 kilos de peso. Es un pez que rara vez se ve en las lonjas, pero desde el punto de vista gastronómico su carne es excelente. Frecuentemente lo confunden con el pargo (Pagrus pagrus), pues morfológicamente es muy parecido, la diferencia inequívoca entre ellos es que el dentón no tiene dientes molares, y el pargo sí. O dicho de otra manera, la boca del pargo se parece mucho a la de la dorada. También son bien visibles en el pargo sendas puntas blancas en la cola, el dentón carece de ellas. Se puede pescar todo el año.