Adaptación de la sepia a los cambios ambientales

sepia

Investigadores del Centro Oceanográfico de Baleares del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han publicado un trabajo en el que analizan diferentes aspectos de la biología de la sepia en el Mar Balear y el efecto de una serie de parámetros ambientales en su dinámica poblacional en los últimos 45 años.

Los cefalópodos constituyen un importante recurso pesquero, especialmente tras la sobreexplotación observada en la mayoría de stocks de peces a nivel mundial. Aparte, juegan un papel fundamental en las redes tróficas marinas, tanto como activos depredadores como importantes presas de una gran variedad de organismos. Por este motivo, las fluctuaciones en sus poblaciones, ya sean debidas a causas naturales (clima) o antropogénicas (pesca), tienen importantes implicaciones en los ecosistemas marinos y en la explotación pesquera.

Desde la antigüedad, la sepia (Sepia officinalis) ha representado un importante recurso para los países del Mediterráneo, donde los pescadores aprovechan las migraciones estacionales de los individuos adultos hacia la costa con fines reproductivos para capturarla. A pesar de ello, existe poca información sobre la biología y ecología de esta especie en el Mediterráneo ya que la mayoría de los trabajos actualmente existentes se han circunscrito al Atlántico Norte.

En las Islas Baleares, donde se ha realizado el presente estudio, la sepia sostiene una pesquería de importancia capital para la flota de artes menores. Aunque también es capturada por la flota de arrastre, la mayoría de desembarcos (80-90%) corresponden a la pesquería artesanal.

El trabajo analiza, en primer lugar, diferentes aspectos de la biología de la especie como la estructura poblacional, la reproducción y las relaciones entre ésta y el estado de condición general de los individuos (esto es, mejor condición implica mayor éxito reproductor, y viceversa). En segundo lugar, se investigan los efectos de un conjunto de parámetros ambientales (p. e. clima, temperatura, precipitación, productividad y fase lunar) sobre la dinámica poblacional de la especie a partir de series temporales de desembarco que abarcan los últimos 45 años.

Los resultados muestran que las poblaciones de sepia sufren marcadas variaciones estacionales debidas a la migración de carácter reproductor que tiene lugar durante los primeros meses del año; el principal pico de reproducción se situaría entre los meses de marzo y mayo. Desde el año 1965, los desembarcos de sepia han mostrado también importantes oscilaciones interanuales con valores que han oscilado entre las 15 y 57 toneladas anuales.

El estudio ha revelado que, a pesar de la elevada sensibilidad de los cefalópodos a factores ambientales externos, las poblaciones de sepia del Mediterráneo occidental no parecen verse muy afectadas por la mayoría de parámetros analizados. Se encontraron únicamente efectos significativos de la temperatura del mar, así como de un índice climático de escala local. Sin embargo, otras variables a nivel local, como las precipitaciones y la productividad marina, y fenómenos climáticos de mayor escala parecen no afectar a sus poblaciones. Finalmente, el estudio ha desvelado un cambio en la dinámica poblacional de la especie durante los años 80, coincidiendo con cambios importantes en las condiciones hidrodinámicas del área de estudio.

«El resultado es sorprendente, porque los cefalópodos en general son bastante sensibles a cambios del medio ambiente. Parece que la sepia se adapta bien a diferentes niveles de nutrientes o de salinidad y no le influye tanto como se sospechaba previamente», apunta Stefanie Keller, autora principal del trabajo.

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