Uno de cada tres pescados no es lo pagado

 

 

 

 

 

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Una investigación de Océana difundida hoy ha revelado que una media del 30% del pescado servido en restaurantes de Bruselas no se correspondía con las especies solicitadas. Esta cifra es el resultado de tests de ADN realizados por la Universidad Católica de Lovaina (La Vieja), KU Leuven sobre 280 muestras recopiladas en más de 150 establecimientos, incluyendo restaurantes y organismos de la UE. El fraude en el pescado, el maña etiquetado generalizado y las prácticas fraudulentas engañan al consumidor y pueden encubrir pescado ilegal o insostenible.

«Los tests de ADN muestran un fraude en el pescado generalizado en restaurantes de Bruselas e incluso en instalaciones de la UE. Se engaña al consumidor y se deja la puerta abierta al blanqueo de productos pesqueros ilegales», señala Lasse Gustavsson, director ejecutivo de Oceana en Europa. «La UE tiene que acabar con este negocio, asumir la responsabilidad y mejorar con urgencia la trazabilidad y etiquetado del pescado».

Demasiado barato para ser cierto 

Los hallazgos de Oceana sugieren que las razones económicas son las principales culpables del fraude en el pescado y el subsiguiente engaño al consumidor. Especies como el bacalao o el lenguado, que llegan a costar 30 o 40 euros el plato, se cambian por otras como pan, más barata y acuicultura. Las tres especies donde se halló más fraude fueron:

-En el 95% de los casos, el apreciado atún rojo se sustituyó por patudo o atún claro, dos especies de atún tropical más económicas.

-En el 11% de los casos, el lenguado común se sustituyó por otros peces planos más baratos.

-En el 13% de los casos, el bacalao se sustituyó por siete especies distintas, la mayoría de la veces panga o carbonero.