La Giraglia Rolex cup, la regata oceánica más antigua del Mediterráneo, se disputa ininterrumpidamente desde 1953, cuando fue creada como lazo de unión deportiva entre Francia e Italia. Patrocinada por Rolex desde 1998, este año celebró su edición número 63 reuniendo a una imponente flota que mejoró el anterior récord de 220 participantes logrado en 2010.
© Rolex / Carlo Borlenghi
Cerca de 280 barcos compitieron entre el 12 y el 20 de junio en los tres eventos unificados bajo el título Giraglia Rolex Cup: la prólogo de Sanremo a Saint-Tropez, las tres jornadas de regatas costeras en la bahía de Saint-Tropez, y la regata de altura de 243 millas náuticas entre Saint-Tropez y el Yacht Club Italiano en Génova, que pone en juego dos premios principales: triunfo en tiempo real y victoria absoluta (mejor barco en tiempo compensado).
El “Esimit Europa 2” cruzaba su sexta línea de salida de la Giraglia Rolex Cup en busca de su quinta victoria en tiempo real. Dicho y hecho. El coloso esloveno no dio opciones a sus rivales, liderando la flota desde Saint-Tropez hasta la roca Giraglia y de regreso a Génova para parar el crono en 29 horas, 11 minutos y 58 segundos, casi 15 horas por debajo de su propio récord.
Apenas 65 minutos después de la llegada del “Esimit Europa 2” completaba el recorrido el espectacular Wally Cento británico “Magic Carpet Cubed”. Sir Lindsay Owen-Jones no ocultaba cierta decepción: “Antes de salir ya sabíamos que nos enfrentábamos a un barco más rápido que el nuestro, así que buscamos una táctica que nos separara de ellos y así tratar de encontrar un role favorable o algo por el estilo. Ellos intentaron cubrirnos durante todo el recorrido; lo hicieron muy bien hasta la roca Giraglia, aunque no tan bien en el tramo de regreso (a Génova)”.
Ese impresionante segundo tramo desde la Giraglia no permitió a Owen-Jones adelantar a su rival en el agua, pero sí superarle en el cómputo de tiempo compensado con una ventaja de 50 minutos. Faltaba por descubrir si ese rendimiento podría ser mejorado por alguno de los más de 230 barcos que todavía permanecían en el terreno de juego. Pero las suaves brisas que dominaron la segunda jornada de competición ralentizaron el avance del resto de la flota y ya nadie iba a poder mejorar el tiempo establecido por el “Magic Carpet Cubed”.