Oceana realizará una expedición marítima al Mar de Alborán (sur de España) para documentar la contaminación por plástico en las zonas costeras y en las profundidades oceánicas, así como el impacto que tiene sobre la vida marítima. La organización también recabará pruebas del uso de la pesca de arrastre en áreas marinas protegidas y las repercusiones que puede tener para los hábitats supuestamente protegidos. La expedición coincide con el Día Mundial de los Océanos (8 de junio), así como con la Semana Europea de los Océanos en que las ONG pretenden movilizar a los responsables políticos de la UE para que tomen cartas en la recuperación medioambiental, lo que incluye la correcta protección de las áreas marinas protegidas y la reducción de la contaminación marina.
La expedición tendrá lugar en el Mar de Alborán, un punto caliente de biodiversidad entre España y Marruecos, con una increíble productividad oceánica generada por las interacciones únicas de las aguas del Atlántico y del Mediterráneo. En esta zona se encuentran ecosistemas bentónicos clave, como excepcionales praderas de fanerógamas, arrecifes de corales e importantes colonias de gorgonias, así como cañones de aguas profundas y montañas submarinas, todo lo cual proporciona refugio y zonas de reproducción a especies marinas, como tortugas, delfines y calderones. Sin embargo, la zona está muy afectada por las actividades humanas, incluidas las prácticas pesqueras destructivas, como la pesca de arrastre de fondo, que suponen una grave amenaza para estas comunidades marinas, al tiempo que amplifican los impactos del cambio climático en el océano.
Esta zona es también un popular destino turístico, con numerosos hoteles y bares de playa salpicados a lo largo de la costa, lo que hace que esta parte del mar sea propensa a acumular residuos plásticos. Además, la vasta extensión de invernaderos conforma un “mar de plástico” en tierra que también puede llegar fácilmente al océano. Las aguas de España son especialmente sensibles a la acumulación de plásticos debido a la urbanización de sus zonas costeras, la geomorfología de sus lechos marinos y la naturaleza semicerrada del Mediterráneo.
Durante su estancia en el mar, los científicos y expertos marinos recopilarán datos, imágenes y metraje de vídeo que permita seguir apoyando la incidencia que realiza Oceana en Europa. El equipo utilizará equipos modernos como drones, submarinistas especializados y un vehículo guiado por control remoto capaz de alcanzar profundidades de 300 metros.