Un complejo tablero con enormes barcos pesqueros sin luz, redes esparcidas y diferentes estrategias a elegir son las únicas pistas del juego al que se enfrentan los seis barcos en competición en esta tercera etapa de la Volvo Ocean Race y en sus últimas horas para llegar a Sanya.
Siempre se dice que todo puede pasar en una competición tan abierta, sin embargo (y pese a perder algunas millas) el «Dongfeng Race Team» ha vuelto a ampliar su ventaja y se encamina a cubrir las últimas 24 horas hasta su puerto natal en Sanya, punto en el que cientos de fans van y vienen a la espera de la llegada de sus compatriotas.
De producirse finalmente esta victoria de etapa, el barco chino se colocaría en la clasificación general a cinco puntos por delante del «Abu Dhabi Ocean Racing» y del «Team Brunel», equipos que se hacían con las etapas 1 y 2 respectivamente.
A pocas horas de llegar al paradisíaco puerto de Sanya las tripulaciones evalúan las consecuencias de una noche llena de viradas, obstáculos y miles de luces procedentes de pesqueros vietnamitas. Los más veteranos, como Ian Walker, ya vaticinaban que la de ayer «sería la noche más dura de toda la regata».
Los equipos comienzan a notar el desgaste de una etapa en la que no han faltado las estrategias de equipo, el estudio de rutas alternativas y tampoco los fallos. «No hay una sola zona del cuerpo que no me duela”, comentaba el lituano Rokas Milevicius del Team Brunel.
Mientras tanto el espíritu de la Volvo Ocean Race se ha hecho fuerte en Sanya. El sábado abrían oficialmente las puertas de la Race Village china con un centenar de visitantes haciendo cola para entrar. Todo apunta a que el recibimiento que tendrán los barcos estará al nivel de la pasada edición 2011-12, independientemente de quien llegue primero y de que sea de día o de noche.