Con la experiencia del año pasado en las aguas de Cabo Verde, más concretamente en la Isla de Sal, donde en un solo día tuvimos 28 picadas de marlín azul y marcamos y soltamos 10 bonitos ejemplares, decidimos en el puente de San Juan, volver de nuevo a la isla de Sal.
Salimos de Barcelona el 20 de junio a las 19.00 h con destino a Lisboa y, dos horas más tarde volábamos hacia la Isla de Sal, tocando tierra en el aeropuerto internacional Amílcar Cabral cuatro horas más tarde, pero dado que la diferencia horaria con España es de menos tres horas, a las 23.00 h estábamos en Cabo Verde.
El bus del hotel la Morabeza ya nos estaba esperando y tras un recorrido de 20 minutos entrábamos en nuestro hotel, situado a pie de la mejor playa de Santa María, población situada al Sur de la Isla de Sal y base de pesca en dicha isla.
El grupo lo componíamos los mismos del año pasado: Tito Sastre, Jordi Alegret, mi hijo Rupert y yo, pero esta vez se añadió mi hermano Santiago, es decir éramos cinco personas dispuestas a disfrutar pescando el marlín azul. Habíamos contratado a través de mi amigo Giorgio Assolari, dueño del Big Game Fishing Club de Cabo Verde, tres días de pesca, pero nuestra sorpresa fue que al llegar a la Sal nos dijeron que Giorgio estaba ingresado en un hospital de Italia, desde aquí le enviamos un fuerte abrazo y le deseamos una pronta recuperación. A pesar de que Giorgio no podía pescar, él tiene una muy buena asociación con dos buenos skippers con base en la Isla de Boavista, situada a 45 minutos de navegación en dirección Sur, que son Luca Da Pozzo con su barco “Elias 1” y Massimo Cosa con su barco “Elias 2”. Desde abril a finales de junio, estos dos barcos tienen base en la Isla de Sal, pues la demanda de chárters había desbordado las posibilidades del “Big Jo”, el barco de Giorgio. Fue por eso que en vez de pescar con Giorgio, lo hicimos con el “Elias 2” de Massimo que ya conocíamos del año pasado en la gran fiesta de los diez marlines.
El día del marlín
Massimo es un skipper extraordinario y tiene un barco excelentemente preparado para la pesca de altura con cañas de 80 libras y todo tipo de muestras artificiales, cuenta con la colaboración de un extraordinario marinero, Joel, con el que forman un tándem perfecto.
El primer día de pesca fue el sábado 21 de junio. A las dos horas de estar pescando tuvimos una primera picada de marlín azul. Lo combatió Tito que, tras media hora de fuerte lucha, lo acercó a la popa y lo pudimos marcar y soltar. Era un ejemplar de unos 200 kilos y lo tenía cogido por debajo del ojo derecho. Una vez le sacamos el anzuelo, procedimos a reanimarlo y el animal desapareció nadando en las profundidades del Océano atlántico.
El resto de la mañana fue tranquilo pero a las 14.00 h tuvimos una picada brutal. El marlín se llevó de una tirada cerca de ochocientos metros de sedal ochenta libras y lo vimos saltar a lo lejos múltiples veces, era un ejemplar muy grande y con una potencia extraordinaria.
Mi hijo Ruper se sentó a pelearlo en la silla de combate. Fue una lucha sin cuartel, casi dos horas de toma y daca, el carrete se llenaba y se vaciaba con extraordinaria rapidez, cada vez que Ruper lograba recoger algunos metros de sedal. Al poco tiempo, el animal se los volvía a llevar tirando con extraordinaria fuerza y con el freno a tope. Esta lucha duró aproximadamente una hora y media, luego el pez se fue al fondo y era muy difícil levantarlo. Fue entonces cuando Massimo con diferentes maniobras del barco hacia adelante y luego hacia atrás y finalmente en círculos, logró subir el marlín a superficie. Cuando lo vimos, nos quedamos impresionados. Era un magnífico ejemplar de marlín azul de unos 400 kilos, casi unas 1000 libras. Lamentablemente, cuando le sacamos el anzuelo, el animal estaba muerto. Estuvimos casi diez minutos intentando reanimarlo, pero fue imposible. Fue entonces cuando decidimos subirlo a bordo. No podíamos entre seis, pero al final logramos izarlo por la popa; ocupaba media bañera.
Al llegar a Santa María lo donamos al ayuntamiento del pueblo y sacaron 345 kilos de carne para consumo de los nativos. Es por este motivo que le atribuimos un peso cercano a los 400 kilos, casi 1000 libras.
El segundo día de pesca no tuvimos ninguna picada y, finalmente, la tercera jornada no pudimos salir. Entró un viento del Norte que impedía salir a pescar.
El balance fue muy bueno, dos marlines, uno de 250 kilos y el de casi 400 kilos.
Temporada de pesca
La época del marlín azul comienza en las islas de Cabo Verde a principios de abril y termina a finales de junio. En julio y agosto se puede pescar algún ejemplar, pero es más difícil, pero por el contrario son marlines muy grandes.
El pez vela se pesca de junio a septiembre, el atún de aleta amarilla, de junio a septiembre; el atún de aleta amarilla se obtiene en febrero y marzo y luego de junio a octubre, pudiéndose conseguir ejemplares de hasta 100 kilos. La mejor zona es la isla de Boavista.
El peto se puede capturar de diciembre a mayo; el dorado de junio a septiembre. Se puede practicar jigging vertical todo el año. Hay varias opiniones de expertos acerca de cuál es el mejor lugar de las islas de Cabo Verde para pescar marlín. Unos dicen que la Isla de San Vicente, otros San Nicolás, pero yo me quedo con la Isla de la Sal, pues además tiene mejores playas y mejor infraestructura hotelera y buenos restaurantes. Es un muy buen destino de pesca para el marlín azul. No es caro ni el viaje ni los hoteles. Recomiendo siempre el hotel La Morabeza por sus servicios y situación a pie de playa. Los barcos no son caros para 4-5 pescadores, el precio oscila entre 750 y 800 euros por día.
Direcciones:
-Big Game Boavista
Team Elias
E-mail: biggameboavistagmail.com
Tel.: 00238 9831360 / 00238 9918778/ 00238 9810350
-Odisseia Club Sal Sportfishing
Santa María-Sal-Cabo Verde
Tel.: 238 988 7107
E-mail: emidiosimoes@gmail.com
-Morabeza, Hotel Santa María (Isla de Sal)
-Viajes Mitic
Persona de contacto: Montse Casasayas
E-mail: m.casasayas@mitic.es
