Captura de todo el año

Algunas capturas son susceptibles de pesca en varios momentos del año. La lubina es un buen ejemplo de ello, posiblemente con cebo vivo y a curricán costero, en épocas frías sea un buen momento, ya que se acerca mucho a la costa. De modo que no perderemos la oportunidad de pescarla y devolveremos a su medio los ejemplares de menor tamaño.

Por Óscar León

Perteneciente a la familia de los moronidae, la lubina se extiende por todo el territorio español. Su hábitat habitual es la desembocadura de los ríos, los puertos y la zonas rocosas de los arenales. Le encanta el agua salobre y remonta muchísimo el río, incluso hasta más de 60 kilómetros río arriba, adaptándose perfectamente al agua prácticamente dulce. Es una especie muy desconfiada que debemos perseguir con aparejos finos, que le encanta esconderse en las rompientes para cazar oculta entre la espuma. Aunque puede alcanzar un tamaño aproximadamente de 10 kilos, lo habitual de su tamaño es que ronde el kilo y medio, tiene una librea lateral muy pronunciada, una boca muy grande y hay que tener mucho cuidado porque las agallas son auténticos cuchillos además de poseer una espina muy cortante. Posiblemente su mejor época de pesca sea el invierno y principios de primavera, que es cuando desova y se agrupa. Cuando no ha alcanzado la edad adulta, forma grandes bancos con ejemplares de su mismo tamaño y, cuando alcanza un tamaño considerable se suele ver en bancos muy reducidos. En la época de celo una hembra puede estar rodeada de cientos de machos y el tamaño que predominará será el de la hembra.

Equipos

Curricán: Los equipos ideales para la pesca al curricán son equipos ligeros con líneas finas y carretes de bobina fija o spinning, aunque también podemos usar los de bobina giratoria. Las líneas utilizadas serán finas de un 0,33 mm o 0,35 mm máximo, si bien podemos utilizar de línea principal una de mayor diámetro y montar después un bajo. Los señuelos para el curricán nos servirán los de flotantes con babero de plástico, no será necesario que profundicen mucho ya que este especie caza mucho en superficie.

Vivo: Para la pesca con vivo podremos utilizar equipos cortos, finos y potentes, si disponemos de cañas de light jigging nos serán muy adecuadas para la ocasión. El aparejo es bastante simple un plomo corrido con un terminal rolling, donde montaremos un bajo de fluorocarbono del 0,33mm máximo y un largo 1,5 m aproximadamente para que el cebo se mueva sin ningún problema.

La técnica y el momento

Para buscarla a curricán, lo ideal es hacerlo a primera hora de la mañana cuando el sol aún no esté alto o a última hora de la tarde, que es cuando la lubinas se encuentran más activas y se sienten más seguras para cazar. Es recomendable largar tres o cuatro cañas, dos más cortas y dos más largas. Tengamos en cuenta que las lubinas son muy desconfiadas y entran mejor con las líneas muy distanciadas del barco, las más cortas las podemos largar a unos 60 metros. Influye mucho si practicamos curricán desde una embarcación o en un kayak, ya que a mayor agua desplacemos, más lejos debemos calar las líneas. La velocidad de curri de esta especie ronda desde los 3,5 hasta los 4,5 nudos. En cuanto a los señuelos les gustan los colores naturales como el sardina, caballa verde, caballa azul etc, pero los colores blanco nacarados también funcionan muy bien. Si conseguimos alguna picada sería interesante seguir insistiendo en la zona ya que casi con toda seguridad habrá más ejemplares. Los bajos rocosos muy cerca de costa los suele visitar con la subida de la marea.

Para la captura de lubina al vivo, usaremos mojarras, lisas, y bogas. Estas especies son las que más capturas nos pueden deparar. La caballa también es un buen cebo, pero a lubinas de peso reducido entran mejor a mojarras o bogas pequeñas. Una vez capturado el cebo, buscaremos zonas rocosas mixtas con arenales a una profundidad de entre 10 y 20 metros. Nos situaremos por delante de las piedras para ir haciendo derivas por encima ya que esta pesca es al garete, por lo que la según nos situemos en la piedra, tendremos éxito o no. Por lo tanto hay que estar muy pendiente de donde nos desplaza la marea. El aparejo es bastante simple es un plomo corredizo en la línea principal con un grillete al final donde colocaremos una línea de fluorocarbono de 1,5 metros aproximadamente. En vez de un anzuelo montaremos una potera o triple, pincharemos la mojarra por el lomo y la calaremos un par de metros por encima del fondo. Esta operación la haremos con una caña o dos más como máximo y lo iremos haciendo a diferentes capas de agua con idea de tocar la máxima capa de agua posible. Se recomienda calar dos cañas con vivo y en una o dos montaremos un ristrel de plumas con un terminal con artificiales o vinilos. Lo cierto es que nos llevaremos muchas sorpresas, pues no es raro que a las plumas les entren peces pasto, que nos sirve para reponer cebo o incluso algún róbalo de buen tamaño que le entre al jig o el vinilo.

Los fondos

Dependiendo de la técnica que vayamos a utilizar, nos moveremos en unos fondos u otros. Para la pesca a curricán buscaremos zonas rocosas cerca de costa, arrecifes sumergidos, si son mixtos mejor; es decir lugares rocosos con arena. La desembocadura de los ríos es un punto clave antes de la primavera. La profundidad idónea rondará entre los 4 y 8 metros aproximadamente.

En cuanto a la pesca con cebo vivo, los fondos serán similares a los buscados a curri pero a una mayor profundidad ya que pescaremos con el barco parado a la deriva, necesitaremos un fondo mínimo para que las lubinas se metan debajo del barco con cierta seguridad ya que son muy desconfiadas.

Gastronomía

La lubina es una de las especies más cotizadas gastronómicamente hablando, tiene una carne blanca que está deliciosa y, dado su interés gastronómico, en España hay numerosas piscifactorías donde se crían para surtir, posteriormente, a restaurantes. Cuando tienen un tamaño pequeño es más fácil confundir la de piscifactoría con la salvaje, pero a medida que aumenta de tamaño las diferencias físicas son notables, ya que las primeras se van deformando, tanto los labios como la forma de la cabeza.