En cualquier depósito, sobre todo en los metálicos, el aire que queda en la zona superior tiende, a causa de los cambios de temperatura, a producir una condensación de agua que, al ser más pesada que el combustible, acaba por quedar en el fondo del depósito. El tiempo, la oscuridad y el poco movimiento suele desembocar en la aparición de determinadas bacterias, que al mucltiplicarse da lugar a una especie de gelatina o moco que va sedimentando en el fondo del deposito y con el movimiento del del barco acaba por cuasar ciertas averías en el motor.
La empresa química Botoba Ibérica y Yachts in Motion proponen para solventar este problema el empleo de un biocida adecuado para todo tipo de combustibles náuticos incluidos biocombustibles. Este ha sido cuidadosamente formulado para ayudar a: prevenir o eliminar la contaminación bacteriana; mantener la calidad y rendimiento del combustible; detener la formación de ácidos corrosivos y la formación de fangos y sedimentos que propician el bloqueo de filtros y problemas en la inyección; reducir el riesgo de paradas por mantenimiento u operaciones de limpieza fuera de los intervalos planeados; mantener la efectividad del resto de aditivos que también son susceptibles de verse perjudicados por los subproductos generados de la actividad microbiana.
