Dice el cartel: “Welcome to Venice: Fishing Capital of the World”. Y dice bien. Allí todo el mundo vive la pesca con la misma intensidad que en Las Vegas se vive el juego. Algo lógico en una zona donde el agua domina sobre la tierra. Esta marina se ubica en Luisiana, en un estado americano bañado por el Golfo de México y las aguas del Misisipí.
Además del nombre, Venice (Venecia en español) sólo comparte con la Venecia italiana el hecho de vivir rodeados de aguas marítimas; ahora bien, si especificamos y nos fijamos en la riqueza que hay bajo esas aguas, veremos que el nivel, la cantidad y la calidad de la pesca es brutalmente distinto, tan distintos como pueden ser el Adriático y el Golfo de México.
Otro pequeño ejemplo que magnifique la grandeza de este nuevo destino es plantearse otro tipo de comparaciones, esta vez más superficiales: ¿Ha pescado alguna vez en el delta del Ebro y en su área de influencia? ¿En la desembocadura del Júcar? ¿Del Guadalquivir? ¿En las rías gallegas? ¿En la desembocadura del Ródano al Mediterráneo? ¿En la del Garona al Atlántico? Todas juntas no se acercan a la enormidad y a la influencia que ejerce el río Mississippi sobre gran parte del litoral de Luisiana, una de las zonas más ricas del mundo para la pesca deportiva gracias a sus ricas aguas, salobres y cálidas.
Venice Marine: ¡A pescar!
VM son las iniciales de Venice Marina. A muchos no les dirá nada ni les sonará de nada, pero si lo buscamos en google nos sorprenderemos de la cantidad de enlaces de interés que aparecen, sobre todo si somos grandes aficionados a la pesca y creíamos que no nos quedaba nada por ver… ¡Y pescar! Y es que todo en VM es sorprendente, desde su estructura hasta su potencial, pasando por las numerosas e importantes alternativas y servicios que ofrece a los llegados de fuera, ya que lo tiene todo y además a precios justos, algo habitual en los USA.
Esta marina se ubica en Luisiana, en un estado americano bañado por el Golfo de México y las aguas del Misisipí. Venice está en uno de los márgenes del río, decenas y decenas de kilómetros “mar adentro”, ya que los sedimentos han hecho que el río se canalice hasta adentrarse algunas millas en alta mar. La posición geográfica es: 29° 14′ 21.33″ N y 89° 21′ 50.55″ O. La costa de Luisiana fue duramente castigada por el huracán Katrina, en 2006, antes de nuestra visita. En realidad, arrasó todo el litoral desde Florida hasta Texas.
Bien, Venice Marina es una pequeña laguna ubicada en uno de los brazos o afluentes del Misisipí próximo ya a su desembocadura. Protegida del viento, esta laguna alberga un gran número de pantalanes y edificaciones enfocadas a la pesca deportiva, con toda clase de servicios. Sólo tenemos que llegar allí, luego a pescar.
Hay tantos servicios e información que sólo por internet se puede negociar todo lo que rodea al objetivo principal de un presunto viaje a esta zona privilegiada de Luisiana:
-Licencia de pesca
-Apartamento, casa, bungalow, motorhome
-Alquiler de barcos con o sin guía, de todo tipo (para zona pantanosa, para marismas, para pesca de altura)
-Capitanes expertos y barcos para pesca extrema
-Cebo vivo natural de varios tipos
-Tiendas de pesca
-Restaurantes o tiendas de comestibles por si decidimos cocinar nosotros mismos.
Por si no lo sabíamos, cuando se negocia con los americanos el resultado final, las prestaciones y gran parte del éxito están garantizados. Su seriedad y formalidad a la hora de negociar, y su compromiso a la hora de cumplir, son característicos.
En efecto, la desidia que suele mostrar un gran número de profesionales del sector del chárter de pesca en ciertos países. Obviaremos cuáles, puesto que todos no son iguales. Pero vaya, ya sabemos de qué hablamos… Capitanes, marineros o skippers suelen mostrar comportamientos extraños, ausencias y demoras que luego tratan de justificar con toda clase de coartadas. El caso es que unas veces llegan tarde, otras no llegan, otras no madrugan. Además, los barcos están expuestos a todo tipo de averías por nulo mantenimiento, o a volver antes de tiempo por falta de combustible, bien por malas previsiones o por “evaporación” (en realidad, se desvía a motocicletas y otros vehículos terrestres), por no hablar ya de las prisas por recoger los equipos de pesca una o dos horas antes de acabar la jornada, saliendo de la zona de pesca para asegurarse a llegar con tiempo.
Los americanos cobran pero cumplen, y cumplen bien, y si tenemos la suerte de encontrar a uno que además sea un forofo de la pesca, es el súmmum. Yo he tenido esa suerte y además en repetidas ocasiones, y he pescado de sol a sol algunas veces pagando sólo medias jornadas. Por eso, hablar de VM es hablar de barcos, de pesca deportiva, de diversión, de variedad de especies, de calidad, de cantidad, de locura.
El río Misisipí
Los protagonistas de este reportaje son la pesca y el río Misisipí, y se merecen un punto aparte. Se trata de un largo río de América del Norte que atraviesa la parte central de los Estados Unidos. Discurre desde el Norte de Minnesota y vierte sus aguas en el Golfo de México. Tiene una longitud de 3.770 km, y sólo uno de sus afluentes, el Misuri, es el más largo de América del Norte. La longitud acumulada de estos dos cursos de agua sobrepasa los 6.800 km, y la superficie de su cuenca hidrográfica hacen del Misisipí uno de los ríos más importantes del mundo, y del Misisipí-Misuri uno de los sistemas fluviales más largos del planeta. Durante la época precolombina ya constituía una importante vía de navegación, y los amerindios lo llamaban “Meschacebé”, que significa “padre de las aguas”. Hoy en día el río constituye un elemento fundamental de la economía y de la cultura estadounidense.
Los barcos y la pesca
Antes de salir de pesca debemos plantearnos qué zona, técnica y especies deseamos capturar, y sólo cuando lo tengamos bien definido podremos seleccionar el tipo de embarcación y el equipo a utilizar. Tengamos en cuenta que una salida a las marismas puede costarnos menos de la mitad que una salida de Big Game, por tanto si se pesca a la carta hay que contratar de la misma manera: a la carta y según las exigencias.
Zona litoral: Spinning en las marismas (mencionamos marismas porque la zona es enorme y resulta similar a nuestras marismas y parque natural de Doñana), popping o pesca a mosca, muy aconsejable por la diversión que aporta pero sin restarle tiempo a lo demás.
En esta zona pantanosa, con abundante vegetación y canales, disponemos de varias especies de alto rango deportivo, tales como el bonefish, la red drum o redfish, la spotted seatrout, el snook o el tarpón, siendo comunes también la barracuda. Son aguas cálidas, quietas, salobres, sujetas al nivel de las mareas, y repletas de fito y zooplancton (animal y vegetal). Sin ser cristalinas, son limpias, llenas de vida y albergan capturas de ensueño en cualquier parte, sobre todo de la especie reina; la red drum (tambor rojo) o redfish. Es todo un trofeo, con una fuerza digna de los grandes colosos marinos, y fiel a toda clase de señuelos, atacándolos con saña y convicción, ya sean de superficie o nadadores de medias aguas. También abundan los peces planos, menos perseguidos pero siempre bienvenidos.
La afición nacional y muchos que llegan desde el interior y de otros estados buscan los redfish por su valentía y porque sus colores y tamaño permiten realizar buenas fotografías. Y además del uso de señuelos artificiales, también emplean el cebo vivo, especialmente la gamba o camarón.
Mar abierto: Se utilizan embarcaciones más espaciosas, más seguras, mejor motorizadas y dotadas de más y mejor electrónica. Podemos pescar mediante las mismas técnicas, sumando el curricán de superficie, de medias aguas y de fondo, aunque debemos decirles que esta práctica no es muy habitual. Tengamos en cuenta que por allí hay mucha pesca y a veces poca paciencia, y los llegados prefieren “buscarla” y presionarla a “mano” antes que arriesgarse a “encontrarla” perdiendo el tiempo al curricán. Sólo podemos decirles que es una costumbre y filosofía bendita. Con buena lógica, pescando el litoral a mar abierto, en zona de medias aguas, nadie quema gasolina buscando peces que puede encontrar al lanzado, con la embarcación a la deriva.
En cuanto a las especies, a las citadas anteriormente podemos añadir wahoos, dorados, carángidos y lutjanus, los típicos “dentones” de las aguas tropicales. También barracudas de gran tamaño y en ocasiones, algunos escualos. Como especie a batir tenemos el jack crevalle, que alcanza buenas medidas y es extremadamente abundante, como algunas especies de meros. Entre ellos, los red snapper son numerosos (hay chárters especiales para esta pesca).
Pesca de altura: La estrella es el marlín azul, destacando una masiva presencia de túnidos, muy especialmente el yellowtail o atún de aleta amarilla, de los que se capturan muchos y grandes ejemplares. También atunes rojos, patudos, buenas serviolas y cobias, otra de las especies más emblemáticas y perseguidas por los aficionados americanos, tanto por su valentía a la hora de atacar los señuelos con saña, como por su poderío físico y resistencia en la lucha, añadiendo el sabor de sus carnes, siendo una de las pocas especies que se sacrifican aunque solo cuando el tamaño supera los mínimos establecidos y se captura dentro de la época permitida.
Los americanos resumen la práctica de la pesca según las aguas. Aquí las hemos repasado en tres opciones: Zona de litoral, mar abierto y pesca de altura, mientras que para ellos sólo existen dos y además muy bien definidas: Inshore Fishing y Offshore Fishing, es decir, pesca dentro del continente o fuera ya del continente, teniendo como continente la zona de tierra que separa un gran mar interior de lo que es el Golfo de México. Desde Venice hasta la desembocadura del Misisipí hay ¡¡40 km! Pero es que desde Nueva Orleans hasta Venice todo son marismas y hablamos de casi 100 km más.
El viaje
Respecto a la gestión del viaje y, para abaratar los gastos, lo recomendable es viajar desde Barcelona o Madrid a Nueva York o Miami, con vuelos regulares, y desde cualquiera de esos estados a Nueva Orleans, ya que los vuelos interiores dentro de los USA son muy baratos. En Nueva Orleans ya podemos contratar un vehículo y desplazarnos hasta Venice Marina.
En cuanto a costes, el alquiler de una cabina con dos dormitorios, un baño, y capacidad de hasta 6 personas, es de unos 150$ por noche (22 euros por cabeza) Las cabinas disponen de dos juegos de literas y una cama de tamaño completo; cocina completa (horno y fuegos, horno de microondas, nevera grande, cafetera); TV con reproductor de DVD y televisión por cable vía satélite. Se proporcionan toallas y ropa de cama, utensilios, platos de papel y vasos. Y mucho ojo: No se permiten mascotas ni la limpieza de pescado en las cabinas (para eso está el muelle de limpieza de pescado, situado en la marina).
