Aunque la pesca deportiva de mar en México suele estar asociada al Caribe, al menos por los pescadores extranjeros que visitan el país, sobre todo desde Estados Unidos, la zona del Golfo de México depara igualmente algunos excelentes lugares de pesca en agua salada para el turista foráneo.
Por Miguel Sanz (aventurasdepesca@yahoo.es)
La zona del Golfo de México ofrece buenas posibilidades de capturar tarpones, róbalos o snooks, jack crevalles, así como otras especies menores, como las bonitas mojarras, un cíclido de la familia del peacock bass, los famosos pejelagartos (alligator gar), que no habitan sólo en Texas, como se suele creer, sino también en los ríos mexicanos, etc.
Una de las ventajas de la pesca en la zona del Golfo de México es que no tiene tanta cantidad de pescadores extranjeros como el Caribe, lo que hace posible encontrar todavía zonas de pesca bastante vírgenes, saliendo con buenos guías locales que conozcan bien el área, tengan barcas a motor de calidad y cuenten con los permisos necesarios. A esto se le añade el encanto de visitar zonas de selva tropical salvaje, con una rica fauna de pájaros y otras especies, que merece la pena conocer. Personalmente siempre me he sentido muy atraído por nuevos destinos de pesca deportiva en otros países, por lo que a comienzos de marzo me encaminé hacia el sur de México, al estado de Tabasco, para realizar mi viaje de pesca de mar en el Golfo de México.
Costa del Campeche
Mi vuelo fue a Ciudad de México, donde tomé un avión a Villahermosa, la capital del estado mexicano de Tabasco, en el Sur del país, fronterizo con Chiapas. Éste es el México tropical, nada que ver con las imágenes más áridas y desérticas del Norte del país, tiene uno más bien la impresión de encontrarse en el Amazonas brasileño o un sitio similar, en Sudamérica, pero es México igualmente. Nada más dejar la salida del aeropuerto ya recibe uno en la cara el aroma y la humedad típicas de los trópicos, un ambiente que me encanta personalmente y por el que siempre me he sentido muy atraído.
Antes de empezar a pescar, se puede aprovechar el primer día de estancia en Villahermosa para hacer turismo en esta ciudad, visitando su magnífico museo arqueológico al aire libre, donde destaca la impresionante cabeza de un antiguo guerrero olmeca esculpida en piedra a gran tamaño, además de otras estatuas de esta cultura Prehispánica, coetánea de los aztecas. Asimismo, se puede recorrer el bonito centro colonial de la ciudad, con sus calles coloridas y pintorescas, llenas de gente, donde degustar tacos y otras delicias de la cocina mexicana y, por la noche, cenar en un restaurante de comida típica local, para ir tomando fuerzas de cara al comienzo de la batalla con los tarpones, snooks y Jack crevalles.
La zona donde pescaría es el antiguo Campeche de la época colonial española, un lugar muy famoso en aquellos tiempos, entre otras razones por la gran producción de plata del país, así como porque de allí es originario el cacao, que los misioneros españoles llevaron a Europa y tras añadirle azúcar convirtieron en el chocolate moderno. La costa que iba a recorrer hace no muchos siglos estuvo surcada por los grandes galeones hispanos así como por los barcos de los piratas más famosos de la época, como los ingleses Drake y Morgan. Pero ahora la navegación sería afortunadamente más tranquila y se limitaría a perseguir las especies de peces locales, por supuesto con la práctica del habitual captura y suelta.
Tarpones, snooks y mojarras
El plan era pescar durante tres días, con una compañía local de guías, especializados tanto en pesca al lanzado como a mosca, que me habían recomendado y de los que tenía muy buenas referencias, por su trabajo además de calidad de las embarcaciones y nivel de pesca en las aguas donde llevaban a sus grupos.
Seguramente era el primer pescador español que estaba por allí, como después me confirmaron. El sitio de pesca era muy virgen, y da esa sensación de lugar muy poco “tocado”, que tanto nos gusta a los pescadores viajeros, tanto por la sensación de estar en un lugar salvaje, como por los propios resultados de pesca, en número y tamaño de capturas, lo que normalmente suele ir bastante unido.
Nada más llegar con el todoterreno a la ribera del río, cerca de su desembocadura en el mar, nos estaba esperando puntualmente nuestra barca de pesca, con el guía y los equipos preparados. A continuación remontamos el río unos kilómetros hasta alcanzar una de las lagunas de agua salada en las que pescaría durante el viaje.
Se trataba de una laguna de tamaño medio, con aguas claras y rodeada completamente de manglares, la profundidad no era mucha, con lo cual pescaríamos con señuelos que bajaran a un metro aproximadamente, al lanzado, además de a mosca. Comenzamos utilizando un stickbait Salmo Slider en colores plata holográfico y también en color blanco con cabeza roja que por las indicaciones del guía, de pescar no muy rápido y a poca profundidad, pensé que podían dar buenos resultados, ya que es uno de mis señuelos favoritos, que me suele funcionar bien casi siempre, como así fue efectivamente.
En seguida vimos los primeros tarpones en la superficie de la laguna, como el guía me había informado la cantidad de peces era muy grande, tratándose de baby tarpons, entre los 3 y 12 kilos de peso aproximadamente, la mayoría de ellos, pero muy abundantes, aunque también había posibilidad de sacarlos mayores, según me habían comentado, de más de 20 kg de peso. El problema con el tarpón es su huesuda y dura boca, con lo cual a pesar de tener un gran número de picadas bastantes de los peces suelen conseguir escaparse, al emprender su loca carrera de saltos fuera del agua. Es necesario trabajarlos con bastante paciencia y tranquilidad, sin forzarlos, pero sin perder tampoco la tensión de la línea, para que no puedan librarse del señuelo al saltar.
Lo habitual por lo que vi, es que por lo menos de tres picadas de tarpón dos consigan escaparse, soltándose del señuelo al pegar sus saltos fuera del agua, y eso trabajándolos correctamente. No es un pez fácil de capturar, pero su belleza y potencia compensa todos los esfuerzos, cuando consigues meter uno de ellos en la sacadera. Es un pez realmente espectacular, como una sardina gigante plateada, provista de una enorme boca. Para mí, como pescador deportivo viajero, mucho más valioso que la antigua plata del Campeche.
El Salmo Slider en los colores plata holográfica y blanco con cabeza roja siguió haciendo su trabajo, dándonos más capturas de tarpones, además de alguna que otra mojarra, un precioso pez de la familia del peacock bass amazónico, un cíclido, que al igual que elpavón de Brasil tiene un llamativo ojo dibujado en su aleta caudal, para poder engañar al resto de peces. Uno de los pescadores que me acompañaba también consiguió un buen número de capturas de tarpón a cola de rata, que por lo que vi es igualmente una técnica muy efectiva con los tarpones, usando el equipo y moscas adecuados. También empleamos poppers durante la pesca, como el Storm Chug Bug, así como otros tipos de señuelos, aunque el Salmo Slider fue el que consiguió finalmente más capturas al final de la jornada.
Jack crevalles en el río
El guía de pesca me comentó también sobre la opción de pescar jack crevalles, cuya pesca me gusta particularmente, por su potencia y agresividad, y que había pescado antes en varias ocasiones en las islas Bijagos, en Guinea Bissau. Como ya había obtenido de tarpones y otras especies locales, decidí probar suerte con esta otra especie local, además de poderconocer así otras zonas de la costa del Campeche, esta vez más cerca del mar, ya que pescaríamos en el estuario, saliendo incluso algún rato a aguas abiertas.
En este caso la pesca la haríamos al curricán, ya que mi guía me dijo que es como se estaban consiguiendo el mayor número de capturas de jureles en los pasados días, usando peces artificiales de media profundidad, tipo crankbait, un tipo de señuelo que no había empleado antes en mis otros viajes de jack crevalle pero, como siempre, tengo por costumbre hacer caso a los guías, decidí usar este tipo de señuelo.
Mientras salíamos con el barco hacia el final del estuario, donde pescaríamos los jureles, vimos una pajarera, parando rápidamente la embarcación para lanzar nuestros poppers, aunque en este caso no conseguimos picadas, ya que cuando llegamos los peces ya se habían metido abajo otra vez. De modo que decidimos empezar a hacer curricán desde allí mismo. Al poco rato tuvimos la primera picada, que fue un jack de unos 6 kilos aproximadamente, a los que seguirían nuevas capturas en no mucho tiempo, trabajando el señuelo a curricán a bastante poca distancia de la orilla, a unos tres metros de profundidad, en zonas de manglar.
Esta vez estábamos pescando aguas mucho más abiertas que el día anterior, bastante cerca del mar, con lo que se podía ver a lo lejos la silueta de una plataforma petrolífera, ya que el Golfo de México es muy rico en este mineral, que es uno de los principales recursos económicos del país.
Según me dijo el guía, a veces se pescaba cerca de estastorres petrolíferas, donde se podían conseguir unas barracudas de enorme tamaño, hasta los 40 kilos de peso, así como gigantescos meros y otras especies, opción que guardaré para mi próximo viaje a México, donde sin duda volveré en el futuro, ya que el país realmente merece la pena, además de por su belleza y buena pesca por la amabilidad y hospitalidad de sus gentes. Y la zona donde estuve, en el Sur de México, me pareció tranquila y segura, no tuve el menor problema durante los días en los que estuve por allí, tanto en zonas de naturaleza como en la propia ciudad de Villahermosa. Aunque siempre es recomendable realizar el viaje a través de una agencia, acompañado por guías locales, para los transfers y turismo, además de para la pesca, como hizo un servidor, con excelentes resultados. El precio del viaje con vuelos, estancia de una semana y pesca es de 3000 euros por persona, para grupos de dos pescadores compartiendo habitación de hotel y barca de pescacon guía. Está la opción de unirse a grupos guiados con salida desde España.
En el vuelo de vuelta a España, en el que tenía unas horas de escala en Ciudad de México, aproveché para visitar esta impresionante megalópolis americana, una de las mayores del continente, con sus interesantes templos aztecas, plaza mayor colonial, actualmente llamada el Zócalo, situada junto al templo mayor azteca, que esta civilización Prehispánica consideraba el centro del mundo, catedral y variados e interesantes museos, que sin duda merecen también la pena para al menos un día de estancia, aunque se trate de un viaje de pesca deportiva. En el tintero se me quedó el templo azteca de Teotihuacán, situado a ochenta kilómetros de la capital, pero que sin duda visitaré en mi próximo viaje a México.
Opciones de turismo
La costa del Campeche es también famosa por la observación de pájaros, en sus numerosas lagunas y manglares, con la opción de contemplar otras especies de la rica fauna local, como varios tipos de monos, coatíes, ciervos, etc. También se pueden realizar tours turísticos guiados para visitar sitios arqueológicos mayas, olmecas y de otras culturas Prehispánicas, además de la propia ciudad de Villahermosa.
Técnica, especies y temporada
Especies de pesca: Tarpón, snook. Jack crevalle, alligator car, mojarra y varias especies de gato.
Técnicas de pesca: Lanzado, popper, jigging, mosca, curricán y cebo natural.
Temporada alta: De marzo a diciembre.
