Slow jigging con vinilos

El slow jigging o slow pitch es una técnica evolucionada del jigging tradicional, que consiste en dejar caer los señuelos y provocar la picada del pez, la mayor diferencia con el jigging tradicional aparte del equipo es que los movimientos son menos agresivos y la caída de los señuelos es más lenta.

Posiblemente el slow jigging haya ganado terreno al jigging tradicional por la versatilidad que supone el mismo con señuelos como vinilos, inchikus además de los propios jigs. Para esta táctica encontramos dos tipos de equipos, los de bobina giratoria y los equipos para carretes de spinning (bobina fija). Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes en el momento de usarlos. Los de bobina giratoria tienen la dificultad del guía hilos, también son más económicos si los comparamos con su similar de spinning y son muy robustos. Un gran carrete de bobina giratoria ronda los 450 euros, mientras que uno de spinning en alta gama está por 600 euros.

En cuanto a las cañas, dentro de cada modelo las hay con diferentes acciones lo que sí predomina es que casi todas las marcas punteras son japonesas, dominan el mercado con claridad y siguen unos patrones muy definidos como son la delgadez del blank, gran elasticidad, gran reserva de potencia y la acción parabólica. Son de carbono, con muchísima potencia pero delicadas a los golpes. Posiblemente, para un pescador neófito sea preferible comenzar con equipos más sencillos, para poder luego gozar de las más altas prestaciones que ofrece el mercado.

En esta ocasión ponemos a prueba las cañas Xzoga Hole con carretes Shimano Stella 6000 swb pg cargados con trenzado Yuki ultra PE Line del 0,28 mm y un bajo de fluorocarbono del 0,47 mm de la firma Seaguar y un Daiwa Saltiga 4000 cargado, con trenzado Daiwa Hyper Tournament 0,26 mm con bajo del 0,43 mm el ambos equipos el bajo de fluorocarbono no es inferior a 3 metros.

Los fondos

Dependiendo de la especie a buscar, los fondos pueden ser muy variados pero normalmente dirigiremos nuestros señuelos hacia pecios, arrecifes o cualquier accidente geográfico donde detectemos que se mueven los depredadores. En los lugares en los que podemos encontrar más capturas están los cantos de arrecifes. Si es un bajo de piedra grande de poca altura, podremos hacer derivas por toda la zona ya que los depredadores se moverán por todo el arrecife.

También las desembocaduras de los ríos es una zona caliente donde por la marea, los peces entran y salen continuamente, como es el caso de las grandes corvinas que entran en el agua salobre continuamente o las lubinas. Cada especie tiene su punto caliente, con el tiempo y cuando vayamos adquiriendo experiencia sabremos cuáles son. Lo ideal sería conocer las costumbres de nuestras posibles capturas dependiendo de la época que nos encontremos para ahorrar tiempo dirigiéndonos a una zona u otra.

Los señuelos

Unos vinilos muy efectivos son los Kraken de Bull Shark con unos fantásticos acabados, de los que podemos encontrar llamativos colores y variedad en plomos ofreciéndonos numerosas posibilidades en varias circunstancias de pesca. Para el mismo señuelo hay dos opciones de plomos, con el de 100 gramos el vinilo tiene un peso total de 140 gramos. Existe una versión de 100 gramos para un slow más rápido y el mismo plomo con el enganche más equilibrado que hace que el vinilo se quede totalmente horizontal aunque lo movamos. Eso sí ese plomo es para un slow más lento por la resistencia que opone al agua por quedarse totalmente horizontal. También nos llama la atención el plomo interior, de 40 gr. Personalmente lo veo ideal para aguas menos profundas y tiene una caída más lenta lo que lo hace ideal para aguas someras y se podría utilizar incluso para spinning.

 

La técnica

Es una modalidad difícil para pescadores noveles, ya que tendremos en cuenta factores como tener el control sobre nuestro señuelo, el viento, la corriente, la línea que utilicemos o el peso de nuestro artificial. Todos estos factores afectan directamente sobre nuestro vinilo o jig y saber ver estos detalles seguramente marque la diferencia.

Si vemos que el señuelo cuando toca fondo está demasiado lejos del barco es que hay demasiada deriva bien sea por la corriente, por el viento o por el grosor de nuestra línea.

Utilizaremos líneas trenzadas de alta calidad y bajaremos el diámetro todo lo que podamos dentro de unos límites para evitar la resistencia al agua y que no aumente la deriva (las líneas de monofilamentos no son aptas para esta modalidad). Si hay viento o marea, podremos utilizar un ancla de capa que echaremos por un costado para frenar la embarcación, estas anclas son muy cómodas de recoger y de echar. En este tipo de pesca, en el eterminal del bajo pondremos una grapa de alta calidad que nos proporciona la facilidad de cambiar los señuelos sin tocar la línea, las de Molix o las de Daiwa son muy recomendables, entre numerosas firmas más.

Repasado todo lo anterior solo queda entrar en algo tan variado como el movimiento que cada pescador transmite al señuelo. Algunos artificiales permiten un movimiento más rápido o más lento que otros y eso lo veremos, según adquiramos experiencia. No se trata de dar tirones sin sentido, sino de encontrar movimientos coordinados. Con la experiencia observando la puntera sabremos si todo va bien, como un simple lío que se pueda hacer al bajar los jigs. Es una pesca muy apasionante, con picada brutales.