Señuelos con plumas y rafia

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Realizar los propios señuelos para el curricán, con plumas o rafia, es mucho más fácil de lo que parece. En las tiendas de pesca podemos encontrar todo el material necesario para realizar nuestros propios señuelos: plumas de variadísimos colores, láminas brillantes y reflectantes e incluso fosforescentes, rollos de rafia para cortar y peinar, perlitas, anzuelos de infinitas medidas y calidades. También podremos obtener todo el material para su realización, como tijeras, hilo encerado, remaches y alicates. A continuación explicamos sencillos pasos para montar señuelos de plumas y vinilos, muy efectivos para el atún rojo y pequeños túnidos.

 

Material necesario

– Potente remachadora para asegurar los anzuelos al nailon

  • –  Anzuelos dobles y simples
  • –  Alicates
  • –  Tijeras
  • –  Hilo encerado
  • –  Plomitos para las cabezas
  • –  Cepillo de púas
  • –  Plumas de diversos colores
  • –  Tubos de rafia

Montaje con plumas

1- Cortamos la cantidad de plumas que deseemos a unos tres o cuatro centímetros y usamos varias tonalidades. Las sujetamos por la parte que están unidas con una fina cola plástica y envolvemos la cabeza que creamos más oportuna (de cristal, resina, metal…), todo el diámetro de la base de la cabeza. Atamos las plumas con el hilo encerado y anudamos. Si deseamos, ponemos unas tiras reflectantes o láminas brillantes y multicolor. Volvemos a atar con hilo y recortamos las plumas que sobrepasen ligeramente la base de la cabeza.

2- Colocamos un pulpito de silicona de un color adecuado al de las plumas montadas y, tras cortar un par de milímetros en la punta del pulpito, lo introducimos sobre la cabeza hasta la base de ésta, justo hasta tapar el nudo de las plumas. El pulpito escogido debe entrar a presión sobre la cabeza y, una vez colocado, ha de quedarse fijo. Ponemos un anzuelo y seleccionamos uno acorde con el tamaño del señuelo elaborado. Antes de remacharlo forramos el trozo de nailon entre el remache y el anzuelo con un tubito retráctil o con un trozo hueco de dacrón. Esta zona del montaje es la que recibe el primer impacto tras la picada y, de esta manera, se protege de posibles roturas y del roce de los dientes de la presa con el nailon. El grosor del bajo de línea puede ser del 0,80 mm y de una longitud de entre seis y nueve metros.

3- Ponemos el anzuelo con el nailon pasándolo entre las plumas y por el orificio de la cabeza hasta dejar el anzuelo a la distancia correcta, unos dos centímetros por encima del final de las plumas. Sólo faltaría realizar otras muestras distintas para tener todos los colores que nos ofrezcan confianza.

 

Montaje con rafia

1- Partimos varias tiras de rafia de unos dos palmos de largo por dos o tres centímetros de ancho que, tras cortarlas, peinaremos con un pequeño cepillo de púas. Ponemos la cabeza de plomo en medio del mechón de rafia y lo atamos con hilo encerado por la parte más estrecha de la base de la cabeza plomada y le damos varias vueltas antes de atarlo fuertemente.


2- Llegados a este punto, desplazamos la rafia que ha quedado sobre la cabeza hacia detrás y 
tapamos el nudo que hemos realizado con hilo encerado. Escogemos un púlpito de silicona, 
como hemos hecho con el montaje para túnidos, y lo presentamos para ver que los colores 
combinan con los de la rafia. Colocamos el pulpito sobre la cabeza plomada de la misma 
manera que con los señuelos de plumas.

3- Una vez bien colocado a presión sobre la cabeza y, tras comprobar que queda bien ajustado, recortamos la rafia que sobrepase más de un centímetro sobre la falda de silicona. Es aconsejable que la rafia sea ligeramente más larga que el pulpito de vinilo. Sólo falta colocar el anzuelo acorde al tamaño de la muestra.

Trucos y consejos

o Tener los señuelos bien ordenados es agradecido para los pescadores para, de este modo, cambiarlos y controlarlos sin desagradables sorpresas. Para ello es muy práctico comprar una caja de plástico y realizarle algunos agujeros, colocar uno o dos soportes inoxidables para colgar nuestras muestras o enganchar tubos transparentes portaseñuelos.

o Colocar anudado al anzuelo de nuestros señuelos
unos mechones de tiras reflectantes o hilos brillantes, preferiblemente con tonos rojizos. Proporcionan al artificial una sensación de pez ensangrentado o herido que aumenta sensiblemente su eficacia. También se puede colocar clavado al anzuelo un pequeño anguilón (de los usados para pescar arañas) de color rojo.

o Para los días soleados de aguas limpias y de tono azul intenso, es recomendable usar colores muy vivos y claros en nuestros señuelos. En cambio, para esos días nublados y con aguas de tono oscuro o color ligeramente verdoso, es recomendable poner muestras con colores negros, azules

y sobre todo violeta y violeta oscuro. En general, los atunes y túnidos menores se sienten atraídos por los destellos brillantes de las tiras reflectantes de nuestras muestras. Sin embargo, la albacora prefiere la rafia sin brillo alguno.

o Los días de aguas tranquilas, colocar una línea extremadamente cerca de la popa del barco a escasos cinco o siete metros, donde rompe la espuma de la estela, aunque el señuelo en ocasiones chapotee fuera del agua, sorprenderá fácilmente alguna picada. Si no ha habido suerte, cambiar de velocidad de velocidad y aumentarla en 1 o 1,5 nudos y variar el color de los artificiales.