Meros a jigging, la salida más esperada

Los pescadores de kayak disfrutamos con la pesca de numerosas capturas, sin embargo los meros son piezas muy especiales para nosotros por el tamaño a veces de los mismos y por la dificultad en su captura. Muchas de las veces tienden a encuevarse, de modo que apresarlos se convierte en todo un reto.

La mayoría de salidas de pesca empiezan con una mensaje de WhatsApp, esperanzados en que las obligaciones diarias nos permitan salir como mínimo en pareja, nunca se debe salir a pescar en solitario en kayak y menos si el objetivo de esta salida es el mero. Esta captura, una de las preferidas por el pescador, es un pez solitario que vive en fondos con buen número de agujeros en los que cobijarse. Varios de ellos son vivienda habitual, mientras los otros no pasarán de ser refugios momentáneos. Se alimenta de otros peces más pequeños, algunos crustáceos y, sobre todo, de pulpos. Trataremos a ser posible de hacer una pesca responsable y los especímenes pequeños, los devolveremos al mar si queremos disfrutar de ellos.

Preparación de la salida y equipos

Antes de la salida, tenemos muy claro cuál es la zona donde nos dirigiremos. Normalmente son grandes superficies rocosas que en otras salidas de pesca hemos podido localizar con la ayuda de nuestras sondas y un estudio de las cartas náuticas. Otro aspecto es buscar meros días en las que las mareas no sean muy fuertes, hay que tener en cuenta que de lo que se trata es de permanecer el mayor tiempo posible encima de esos fondos de rocas que intuimos puedan ser su hábitat. Para apresarlo, tengamos en cuenta que aparte de alcanzar grandes tamaños, tenemos que añadir que normalmente caza muy pegado al fondo y su primera reacción una vez que note el señuelo clavado en su boca, será huir hacia su cueva una vez que note clavado el artificial. De modo que usaremos equipos fuertes, cañas con frenos superior a los 8 kilos y preferiblemente inferiores a 1,90 m. Los carretes estarán compensados con un freno acorde con la caña para no dar la ventaja a la presa de sacar hilo, por lo que el freno debe estar casi cerrado.

Respecto a los hilos, utilizaremos preferiblemente trenzado con diámetros superiores a 0,28 y un bajo de línea de unos 4 metros de fluorocarbono con diámetros igual o superior a 0,70. Estos sedales, al tener una elasticidad nula, impiden que el animal gane metros en el combate y se roce o esconda en los fondos de roca.

Para la unión del fluorocarbono y el trenzado utilizaremos la conocida como maquinita, algo complicada de utilizar en los primeros nudos pero que con la práctica queda una unión difícil de partir.

En cuanto a los señuelos, preferiblemente utilizamos vinilos –forma de pez o calamar–. Estos últimos nos están dando muchas sorpresas son señuelos artesanales creados en España por Jigging a la Carta, en concreto usamos el Calamar JLC, de cabeza plomada, inchikus, jigs, wasabis. Recordemos que en función del artificial que usemos, cambiaremos el anzuelo y lo pondremos de mayor tamaño. Los colores a emplear serán nacarados, como el rosa y caqui. Al amanecer y atardecer, especialmente el rosa nácar es la tonalidad que mejor funciona y el caqui lo usaremos para las horas centrales.

No hay que dudar en cambiar el anzuelo y ponerlo de mayor tamaño, si optamos por otras marcas y traen de fábrica unos pequeños, no olvidemos que los meros tienen una gran boca. Los colores de los señuelos que utilizamos suelen ser el rosa nácar y caqui nácar siendo el rosa nácar más usado al amanecer y atardecer dejando el caqui nácar para horas centrales.

Respecto al peso de los señuelos, según la profundidad y la deriva iremos probando hasta observar que la línea se encuentra lo más vertical posible, es decir que no tome mucho ángulo. La experiencia nos ha llevado a utilizar pesos de 150 a 200 gramos a partir de los 40 metros y de 60 a 150 en fondos comprendidos entre 20 metros y 40, normalmente los encontramos en esas cotas. Estos son los datos que usamos los pescadores de la zona del Estrecho de Gibraltar, donde predominan fuertes mareas, pero lógicamente los adecuaremos a otras zonas de España.

 

Acción de pesca

En este tipo de pesca, una vez nos hemos posicionado dejaremos caer los señuelos al fondo y estaremos atentos agarrando bien el equipo para no darle tregua en caso de picada. No es necesario despegar mucho del fondo los artificiales a no ser que busquemos otro tipo de especies, dándoles un movimiento suave y subiendo el señuelo a poca velocidad. En caso de encontrarnos una pieza XXL al otro lado de la línea, recomendamos poner las piernas una a cada lado del kayak e introducirlas en el agua para ganar estabilidad, así como inclinar ligeramente el cuerpo al lado contrario de la picada. En el supuesto en que la pieza se introduzca en su guarida, mantendremos la tensión hasta que con suerte el animal se rinda y podamos recobrar la línea. En el caso contrario, es decir si el mero no se introduce en su escondite, abriremos el carrete y no opondremos resistencia. Recordemos que si lo apresamos, no lo sostendremos por los opérculos ya que están dentados y poseen mucha fuerza.

Electrónica

La tecnología ha avanzado enormemente en cuanto a prestaciones y características y hace que con sondas de pequeño tamaño, ideales para el kayak, consigamos grandes resultados. Además de la sonda, el GPS es fundamental, por ello optamos por equipos completos. El GPS es un elemento de seguridad para poder dar nuestra posición exacta si alguien tiene que venir a buscarnos, dando las coordenadas del punto en el que nos encontramos así como marcar nuestras mejores zonas de pesca. Como mencionamos anteriormente, buscaremos en la sonda zonas de rocas o pecios hundidos, los cuales se reflejan en nuestras pantallas con mayor facilidad. Así pues, se representan en pantalla con una línea más gruesa: el barro o la arena absorben la señal de la sonda marina, lo que reduce la potencia del eco de retorno, mientras que en un fondo blando, se representa en pantalla con una línea más fina. Una vez ubicados en estas zonas empezaremos con la acción de pesca, siempre y cuando veamos actividad pegada al fondo –peces pasto, algún rastro de grandes piezas–.