Las transmisiones (motor)

Todos los motores cuentan con algún tipo de transmisión para pasar el empuje del bloque a la hélice y propulsar de este modo la embarcación, que debe mantenerse en buenas condiciones para su óptimo funcionamiento.

Intro

Un motor de cualquier tipo de los que podemos encontrar actualmente a bordo de una embarcación, de combustión, eléctricos, de hidrógeno, intrabordas, fuerabordas, etc, genera un empuje que debe ser trasladado hacia algún tipo de propulsión para hacernos avanzar.

En el caso de los fuerabordas, se trata de una transmisión integrada en la estructura del propio motor, en este caso denominada cola, que comprende los engranajes de las marchas, la bomba de agua y la hélice.

En los motores de instalación interior, la transmisión puede ser de tipología de lo más variada, dependiendo del uso que le vamos a dar y del tipo de embarcación de que se trate.

Tipos más frecuentes

Podemos encontrar la clásica de eje de montaje por la parte posterior de la carena a la salida del cigüeñal del motor y que atraviesa el casco o su variante de V-Drive en que el eje sale del motor por la proa hacia una caja inversora de la que parte otro eje hacia la popa, atravesando la carena y que permite un menor ángulo del eje a través del casco, así como el  montaje más atrasado del motor.

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También están las transmisiones de cola denominadas intrafuerbordas o Z-Drive, en la que se conecta el motor a la transmisión en forma de cola similar a la de un fueraborda, atravesando el espejo de popa o las de Hélices de Superficie, en las que el eje de la hélice surge por la popa también a través del espejo y que se utiliza principalmente en modelos más deportivos y sofisticados.

En cuanto a la trasmisión de Jet o turbina, en este caso el motor mueve un eje con una hélice montada en una tubería que atraviesa de la base del casco al espejo de popa, creando una toma de agua y un chorro de expulsión que propulsa la embarcación.

La más moderna transmisión para el sector de embarcaciones deportivas comprende a las conocidas como PODS, como los IPS de Volvo o los Zeus de Mercury, consistentes en una cola parecida a la de un intrafueraborda que se monta en la parte inferior de la obra viva del casco.

Una mención aparte merecen los veleros, que utilizan principalmente transmisiones de eje convencional o también los Sail Drive, consistentes en un Pod o cola fijo que surge de la parte inferior del casco.

Siempre a punto

Si bien es más recomendable dejar siempre en manos de un taller especializado las tareas de mantenimiento de una transmisión, debemos saber por lo menos cuales son los aspectos básicos a controlar. Hemos de estar atentos en primer lugar a la presencia de ruidos no habituales en las cercanías del motor y en concreto de la transmisión, como sonidos metálicos o golpes al engranar las marchas o incluso si tenemos dificultades para realizar esta operación.

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Otro detalle importante es detectar si sentimos vibraciones de la embarcación a distintos regímenes de velocidad, que puede significar que tenemos el eje de la hélice torcido o que simplemente se ha enredado algún cabo en el mismo. En la cámara de motores debemos observar que no tengamos entradas de agua, por ejemplo en el prensaestopas de un modelo de eje convencional o en las juntas de otras opciones como colas, Pods o colas.

También podemos vigilar con el motor fuera del agua en fuerabordas o con la embarcación en seco en colas y Pods si observamos perdidas de aceite en las juntas del eje, que debe repararse de inmediato para evitar daños irreversibles y una reparación muy costosa. Por otra parte, debemos recordar que es necesario revisar regularmente el nivel de aceite de la caja de cambio, siguiendo las recomendaciones del fabricante, preferiblemente antes de empezar la temporada más intensa de navegación.