Itinerario cinco estrellas

Todo andaluz que tenga una embarcación, o un amigo con barco, por pequeño que sea, conoce sobradamente la zona denominada como el “Placer de las Bóvedas”. Este conglomerado de grandes rocas submarinas, en plena costa del Sol malagueña, es uno de los más visitados de todo el litoral andaluz. Lugares como el “Placer de las Bóvedas”, de las piedras como “El Roquello”, “La Laja”, “El Calañes”, “La Veintincinco”, “Los Calderos”, “La Matagorda”… Casi un centenar de grandes piedras jalonan esta zona del Mediterráneo andaluz.

La jornada de pesca puede sufrir un duro revés o el más dulce de los éxitos si no se saben combinar ciertos ingredientes. Buena mar y corrientes de medio nivel, pero persistentes en su dirección; aguas limpias y con temperatura en torno a los 25º C; fondos medios comprendidos entre los 30 y 45 metros.

0 Intro_29

Con esos factores a favor la pesca puede ser escandalosa, sobre todo si los deberes se hacen como Dios manda, esto es, pescando deportivamente caña en mano y con aparejos y cebos livianos; pero también es cierto que la pesca puede ser buena presionando más cerca de tierra, dentro del mismo “Placer de las Bóvedas” (en adelante las Bóvedas) en fondos de 15 y 30 metros, pero en esas zonas los buenos resultados van a depender más de las corrientes y el azar que de nuestra propia capacidad para pescar. Además, son las más presionadas y en consecuencia, las más “limpias”.

Siguiendo con la cuestión, ¿Por donde empezamos? Y es que aquello es tan grande… Muy cerca de Puerto Banús tenemos el conjunto de “Los Alambiques”, para mí uno de los puntos más ricos y divertidos para la pesca, gracias sobre todo a la abundancia de espáridos, serránidos y murénidos. Pero es que todo el frente marítimo paralelo a la costa; casi desde Estepona, todo San Pedro de Alcántara y hasta el mismo Puerto Banús, es buenísimo, aunque haya que navegar algunas millas mar adentro, rumbo a las costas de Ceuta y Melilla, buscando fondos rocosos y una sonda de más de 20 metros y menos de 50. Y la sonda será la protagonista, por lo tanto hay que ponerle mucha atención a la navegación. ¿Señas? Daremos algunas, pero tengan en cuenta que hay patrones que tienen “censadas” más de 50 piedras, algunas a 15 metros y otras a 70, e imaginar cuales pueden ser las mejores es obvio. Además, como decía nuestro fiel colaborador José Mª Prat, dar posiciones exactas solo sirve para crear discordias entre los propios aficionados, puesto que sería fácil salir temprano y anclarse ahí, para ver como a lo largo del día pasan barcos y barcos, con las consiguientes molestias.

2____02

El posicionamiento

Si no se conoce la zona o se va a la aventura, es muy importante seguir una pauta, aunque lo primero es advertir que este pequeño artículo está dedicado especialmente para ellos… Sabemos que hay muchos patrones escépticos que presumen de ser buenos pescadores, y si son buenos de verdad es porque en sus “placeres” sólo pescan ellos, ya que jamás confían a nadie sus sitios de pesca ni los aparejos o cebos que utiliza, por lo tanto, si tiene un barquito cabinado, bien motorizado, en el que pueda salir libremente hasta unos cinco o seis millas, y una buena sonda, busque por ejemplo “Las Piedras del Fuerte”, localizadas en las coordenadas siguientes: 36º 30 15 / 04º 52 90, con una profundidad de 17 metros…

Es solo una referencia, una zona de pruebas, ya que es muy posible que si navega a 3 nudos halla podido descubrir muchas otras zonas rocosas, dentro de la misma sonda o en la franja de 15/20 metros. Por otro lado, siempre hay pescado, de más o menos calidad; de mayor o menor tamaño, pero las pruebas, por muy escuetas que sean, siempre dan pescado.

10_____16

En cuanto al posicionamiento, ya sabe, una vez localice la piedra y la circunde un poco para ver su tamaño, estudie el sentido de la corriente y deje el barco al garete unos minutos para ver hacia donde va, pues es posible que la dirección del viento y la marea sean iguales, contrarias, laterales, etc. Una buena observación y seguimiento de la deriva le dirá donde tiene que dejar el barco para largar el ancla… Una vez firme, el barco seguirá el mismo rumbo y solo deberá largar cabo hasta quedar sobre la piedra.

Si las corrientes son permanentes y el viento mantiene el rumbo, puede pasar una mañana de pesca inolvidable, ya que alargar o acortar el cabo, o atarlo a las cornamusas de babor o estribor de proa, le va a permitir mover el barco de tal manera que podrá pescar la piedra por el centro y todos sus costados…

7_____11

Y para continuar haciendo las cosas bien, haga como los verdaderos deportistas de la caña, los que ganan medallas para España en competiciones internacionales mientras disfrutan pescando… Y si vencen a rivales tan duros como los ingleses, franceses o italianos, con aguas más ricas que las nuestras, por algo será.

La estrategia a seguir es bien sencilla; una vez sobre la piedra y si ésta es viva, es decir, si marca pescado, hay que procurar pescarla con cierta habilidad, repartiendo responsabilidades entre los que están a bordo. Uno, por ejemplo, puede dedicarse a buscar piezas de entidad cebando sus anzuelos con carnadas acordes. Tengan en cuenta que casi todas las rocas de las Bóvedas suelen tener y mantener buenos pageles, pargos, dentones, sargos reales, samas, etc, y hasta grandes corvinas, por tanto los anzuelos deben ser más grandes y más rudos los aparejos.

Para este caso se suele montar un bajo de línea con un solo anzuelo. La línea debería ser de 0,40 mm de diámetro como mínimo, y a unos 50 cm del centro, entre el plomo y la línea madre, irá un emerillón barrilete que actuará como una microperla de doble eje. La diferencia es que el emerillón es más fuerte y aguanta mejor la erosión.

9______15

La gameta debe ser de 0,30 o 0,35 mm de diámetro y 50 cm de longitud, y el anzuelo del número 2 o el 1. En cuanto al cebo, la costumbre es poner una sardina entera, descamada, sin cabeza, abierta, sin espinas y atada al sedal y al anzuelo con hilo elástico. Se pone al revés, piel contra piel, dejando la carne a la vista. Otro cebo muy utilizado por los ribereños es el cangrejo ermitaño, vivo o muerto, pero fresco, aunque conviene aclarar que cuesta mucho conseguirlo, más que nada porque su captura está prohibida. Aquellos que consiguen ermitaños vivos son verdaderos privilegiados; son ejemplares de tamaño medio / grande que llegan enredados en las artes de los profesionales, quienes los guardan para regalar a sus amigos. Es la única fuente. Pero también da buen resultado la navaja y, sobre todo, el langostino fresco.

Y mientras este pescador se dedica a la pieza de calidad, otro puede ocuparse de la “morralla”, es decir, “limpiar” la roca de piezas pequeñas, normalmente molestas de cara a las posibilidades de lograr capturas de mejor tamaño y calidad. En efecto, todas las rocas cuentan con poblaciones fijas de varias especies, según el rango y la naturaleza de la roca y del fondo, y la profundidad. También influye la penetración de la luz y el grado de intensidad, ya que favorece la presencia y el crecimiento de las algas. En definitiva las especies pueden variar, así como los tamaños.

1__27

Para limpiar cualquier roca de “morralla” el mejor aparejo es el de competición; un bajo de línea de 0,45 mm de diámetro y 2 metros de longitud, con una perla de doble eje bloqueada en cada punta, y otra en el centro, para un total de tres anzuelos. Los anzuelos pueden ser del número 6, 7 u 8, dependiendo del tamaño de las piezas, y las gametas no más largas de 75 cm, de hilo de 0,25 mm. Cebaremos con gusano coreano, que es el más usado en Andalucía, aunque también da buenos resultados el uso de trocitos de langostino y navaja. Pescando así se logran doncellas, serranos, chopas, mojarras, besugos (aligote), sargos, chuclas, etc, casi siempre ejemplares de entre 12, 20 y 25 cm que deberá seleccionar, liberando los pequeños y conservando solo los más grandes.

Y mientras uno “limpia” y el otro persigue las piezas de calidad, el resto debe dedicarse a pescar de forma más selectiva, variando los cebos y la sutileza de los aparejos; un bajo de línea de 1,5 metros de longitud, compuesto por hilo de 0,35 o 0,40 mm, con tres perlas de doble eje; una de ellas bloqueada en el centro y las restantes una en cada punta, siempre junto al plomo y al emerillón que se ata a la línea madre. Las gametas deben medir entre 50 y 60 cm de longitud, aunque se pueden estirar hasta 70, mientras que el hilo será de 0,20 o 0,25 mm de diámetro. Si es posible usar fluorocarbono, mucho mejor, pues su mayor invisibilidad ante la luz y su notoria rigidez obran a nuestro favor.

16_____28

Los anzuelos pueden seguir siendo los mismos, siempre en función del tamaño de las piezas que van saliendo y de su apetito, ya que cuando comen bien se clavan de todas las maneras y cuando es al contrario no hay forma… Sobre el cebo, hay un gusano cuyo poder de atracción sobresale entre todos los demás, se trata del americano, ya sea de tamaño medio o grande. Cada día se puede conseguir en más sitios y cuando no es así, se puede realizar un encargo, por lo tanto no hay mayores dificultades para lograr una cantidad que permita atajar toda una jornada de pesca. También funcionan la tita y la funda, otros gusanos muy utilizados en Andalucía, además de la típica navaja y el langostino.

Las especies son las mismas y también entrará morralla, desde luego, pero el americano es un gusano duro y mientras los pececillos se debaten mordiendo los anzuelos de las otras cañas crean un frenesí y hasta un pequeño brumeo que atrae a las piezas mayores, tales como pargos, pageles, chopas, brótolas, grandes besugos (voraces), etc, que cuando llegan todavía “tienen algo que llevarse a la boca”… Por otro lado, la sutileza de los aparejos le permitirá pescar con otra acción del cebo, dejándolo mucho más suelto y del agrado de peces tan recelosos como los grandes pageles, pargos y chopas.

11_______19

Por último y continuando con la estrategia de grupo, alguno podría dedicarse a buscar los peces típicos de arena, pescando las visibles manchas… En efecto, estos pequeños rincones entre piedras suelen albergar una fauna muy distinta, a veces de gran calidad. Una herrera de más de medio kilo es todo un trofeo, pero también lo es la lubina, la baila y la dorada, posibles víctimas, y algunos peces planos, los loritos (el galán) y las arañas (siempre hay quien muestra gran interés por ellas).

Eso sí, es una pesca de espera y un poquito más complicada, por lo tanto la mejor opción es dedicar una caña y no un pescador a su práctica… Se trata de lanzar un aparejo con un solo anzuelo en gameta larga, de hasta dos metros de longitud, con plomo intermedio. Debe pescar como si estuviese en la playa, tratando de dejar el cebo inmóvil, sobre el fondo, permitiendo que los peces lo tomen con total confianza, de ahí la gameta larga; si se clavan, ya avisarán.

Ahora bien, conviene hacer los deberes con cierta precisión: el lance debe ser largo y el hilo tiene que quedar suelto y flojo para que los vaivenes del barco no muevan el cebo. El plomo irá al final de la línea madre, y tras el plomo se montará la gameta. Un anzuelo del número 6 es la mejor elección, montado con hilo de 0,20 como mínimo y 0,25 como máximo. Una vez el plomo toque el fondo, no lo mueva, de lo contrario dejará la gameta tirante en una dirección; lo mejor es dejarlo caer y soltar el hilo desde el mismo carrete, haciendo una comba con un radio que amortigüe los mayores pantocazos o movimientos del barco. En cuanto al cebo; un gusano americano de tamaño pequeño, entero, aguantará largos periodos de espera y siempre estará jugoso. La alternativa es cebar con coreano o lombriz “catalana”, pero antes es mejor poner un trozo de sardina fresca bien preparada, e incluso un trozo de gusano de funda o una tita de ración.

15_______26

En todos los casos citados, monte cañas y carretes de acción liviana, como un auténtico pescador de alto nivel, pues es la única forma de que logre disfrutar como ellos, permitiéndose el lujo de izar las capturas de tres en tres y seleccionar el tamaño y la especie… Y si en una hora esta roca no le ha dado piezas de mérito, cambie, que hay casi un centenar a su disposición. En las coordenadas 36º 29 00 / 04º 51 55 tiene 46 metros de profundidad; todo cambia, empezando por la mayor dificultad a la hora de fondearse… Y para disfrutar, más fondo, pues puede lograr alguna buena brótola, pargo o gallineta, pero ya tendría que alejarse unas 4 o cinco millas y buscar las coordenadas 36º 27 50 / 04º 52 90… En esta zona hay 62 metros de profundidad y si logra situarse bien y encuentra un día de esos que son tan escasos a lo largo del año, puede realizar una pesca inolvidable.

Señas, señas, señas… Hay muchas más, desde luego, algunas de calidad insuperable y otras totalmente desconocidas, pero solo he reflejado las que mi “patrón” me ha autorizado a revelar. Pero no tiene mayor importancia, ya que el “cajón” es muy grande y navegando con tranquilidad, mientras se da un paseo en familia, se pueden localizar un gran número de piedras, piedras que cuando tenga tiempo puede estudiar convenientemente conservando todos los datos, o descartándolos, ya que hay muchas rocas pobres, totalmente despobladas.

21

En cuanto al equipo, cualquier comerciante le ofrecerá alternativas si le pide un conjunto específico para la pesca desde embarcación fondeada, una modalidad en alza en la que somos una gran potencia… Las cañas son de carbono y suelen medir entre 3 y 4 metros. Normalmente son telescópicas, y algunas vienen con punteros híbridos intercambiables, válidos para determinadas acciones. Debe montar el más conveniente teniendo en cuenta la profundidad, el peso del lastre y las dimensiones medias de las capturas que puede lograr. En cuanto al carrete, puede ser de tipo medio, pero rápido, seguro, potente y ligero, bien lleno de hilo trenzado si pesca a más de 50 metros, o monofilamento si es a menor profundidad.

Con un equipo así sentirá “la pesca” en toda su expresión… Con el tiempo y simplemente por el toc, toc, toc, de la picada, aprenderá a identificar la especie y el tamaño, e incluso la cantidad de peces que sube; serranos, fanecas, cabrachos y cabrillas le engañarán al principio, pues son peces que suben con la boca abierta y oponen mucha resistencia, haciéndole creer que trae algo “gordo”. Los fuertes cabezazos de los pageles hacia el fondo son inolvidables, como los bruscos tirones de las grandes chopas y pargos… Son cosas de la pesca que enamoran y cautivan, aunque solo se sienten así cuando se pesca muy fino, con un equipo acorde y específico y respetando las normas más escrupulosas de la deportividad ¡Pruébenlo!