El uso del calamar artificial

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Durante el otoño y los primeros meses del invierno, el curricán de fondo suele ser una de las modalidades de pesca más fructífera, coincidiendo con la abundancia de calamares durante estos meses en nuestras costas mediterráneas y debido a la glotonería que acostumbra a mostrar el dentón en esta época y en concreto con todos los cefalópodos, sin duda alguna, sus presas favoritas. Además otras especies como serviolas y bonitos, también pueden llegar a ser parte de nuestras capturas si sabemos escoger los señuelos adecuados a esta época y los usamos correctamente.

Pasado el verano son muchas las pequeñas especies que pueblan nuestras costas, formando cardúmenes de miles de ejemplares, que año tras año acuden sin faltar a la cita. Pequeños jureles, visos, caballas, bogas, sardinas, sonsos… y también pequeños calamares que se quedarán por nuestras aguas durante todo el otoño e invierno, creciendo y alimentándose de pequeños pececillos.

Como alertados por su reloj biológico, los grandes y medianos depredadores, activarán su instinto y aprovecharán esta larga época para alimentarse durante varias horas al día. Fundamentalmente hablamos del dentón, pero también sienten esta “llamada” o instinto, serviolas, bonitos, bacoretas y otros depredadores como pargos y samas. Aunque estos últimos, solo presentes en algunas partes de nuestra geografía.

Además, año tras año, el verano y las buenas temperaturas, cada vez se alargan más y parece que no quieren abandonarnos, llegando hasta finales de diciembre con la temperatura del agua aún relativamente alta. Ideal para la pesca que aquí tratamos. Así pues, conocedores de esta situación, tal vez sea el momento de intentar capturar algún depredador con un señuelo que simule a la perfección uno de estos peces pasto.

sacarines para señuelo

 

Algunos de los señuelos más efectivos

A diferencia del curri de costa o de superficie, que nos regimos por la tonalidad de los artificiales y brillos holográficos, en el curri de fondo el color elegido normalmente pasa a ser secundario. Si bien es cierto que los destellos que producen pueden atraer o llamar la atención de un depredador, a más de 20-25 metros estos ya casi no se apreciarán. No es que el color y sus brillos no sean importantes, es que personalmente tengo la seguridad de que a cierta profundidad, el dentón y otros depredadores de roca, atacan fundamentalmente por las vibraciones que produce el artificial y su convincente forma de navegar. Incluso porque me ha dado la sensación que imita muy bien a un pequeño calamar nadando, huyendo o incluso herido.

Aquí mostramos algunos de los señuelos calamar que mejores resultados nos han dado utilizándolos durante varios años en esta modalidad de pesca.

Calamar angler lazer eye

De 16 centímetros. Color muy conseguido. Tiene una forma de navegar muy convincente.

Calamara Flasmer

De 16 centímetros. Casi idéntico al Calamar anger.

Un señuelo excepcional. El único pero, es que sus atractivas patitas de silicona en 3 o 4 picadas se van rompiendo. Pero por unas capturas bien valen la pena.

Yo-Zuri Hidro Squirt

De 19 centímetros. Todo un clásico. Otro señuelo excepcional.

Robusto y muy conseguido. Nada como ninguno. Excelentes anzuelos.

Yo-Zuri Sashimi 3D Squirt

De 19 centímetros. Versión mejorada del señuelo anterior.

Aporta teóricamente la nueva tecnología 3D, que cambia de color dependiendo de la posición del señuelo. Igual de efectivo. Una joya de la pesca al curricán de fondo.

Calamar blue fox squiddy

De 10 centímetros. Sorprendentemente efectivo, sobre todo si pescamos a poco fondo y piezas medianas o pequeñas.

El único pero es justamente eso, su reducido tamaño, que lo hace vulnerable ante piezas de buen tamaño.

 

Por qué calamares artificiales

Si nuestra intención es pescar bonitos, melvas u otras especies de superficie, bastará con escoger entre los cientos de señuelos que simulan sardinas, boquerones o incluso los simples pulpitos tan famosos durante años, que seguramente ya todos conocemos. Estamos en los meses idóneos y seguramente el curricán costero nos proporcione estas especies año tras año, en menor o mayor cantidad. Pero si nuestra intención es dejar durante unas semanas la pesca de curricán “tradicional”, e intentar una técnica un poco más “avanzada” que nos permita dar con algún buen ejemplar de dentón, hemos de probar con el curricán de fondo y arriesgar con un artificial que simule un calamar. Nos referimos a los señuelos de buen tamaño (casi 20 cm) que emulan a la perfección un calamar, con sus tonalidades increíblemente cambiantes, sus brillos y su forma de nadar muy diferente a los que simulan un pequeño pez.

Cuando digo “arriesgar”, no me refiero a que esto suponga un riesgo, sino a que seguramente se trate de un señuelo específico para unas pocas especies, en concreto diseñado para el dentón. Un señuelo generalmente caro, que nos dejará temblando ante un eventual enroque. Pero un señuelo a su vez efectivo como pocos con esta especie, y que la experiencia enseña que debido a su tamaño, normalmente selecciona a los ejemplares más grandes.

De esta manera si volvemos a lo comentado al principio, recordaremos que durante esta época los depredadores suelen pasar muchas horas del día alimentándose, y una de sus presas favoritas es sin duda el calamar, tan irresistible a los ojos de un buen ejemplar de dentón que merodea sobre fondos rocosos.

Dicho esto, si nos preguntamos el por qué vale la pena usar calamares artificiales durante estos meses otoñales e invernales, mi respuesta es bien sencilla y coherente. Primero, ya sabemos de la dificultad que representa conseguir cebo vivo a partir de mediados de otoño, y entendemos por cebo vivo a calamares o sepias. Deberíamos madrugar mucho y tener la suerte de que ese día estén por la labor de atacar a nuestros pajaritos. Además todos los que hemos probado esta modalidad, sabemos de lo complicado que es mantenerlos durante horas en buen estado y evidentemente vivos. Aquí debemos precisar de una gran nevera y su correspondiente oxigenador.

Segundo porque pescar con vivo, como mandan los cánones, requiere de una velocidad muy baja (1,5-2 nudos) que no todas las embarcaciones pueden conseguir. En cambio, el artificial de babero, está diseñado para poder soportar velocidades más acordes a nuestro ralentí (entre 3 y 4 nudos) y estos calamares artificiales lo soportan perfectamente, de hecho, esa es su velocidad adecuada.

Y tercero porque si bien es cierto que el cebo vivo es siempre lo más efectivo por ser indiscutiblemente lo único natural, el calamar artificial que hoy en día podemos comprar en tiendas especializadas es, y a mi experiencia me remito, muy efectivo durante esta época del año, y sin duda más sencillo de usar y sin ningún mantenimiento previo, sin tener en cuenta su lavado y secado posterior a cada jornada de pesca.

Otro factor importante para usar calamares artificiales en estos meses es que los cefalópodos a partir de febrero son mucho más escasos en nuestra costa mediterránea que ahora, y por lógica atacarán con mayor convicción a una especie común en sus fondos que a otra que tal vez les resulte extraña o desconocida. Pero cuidado, esto no es una norma irrefutable. Insisto en su mayor efectividad en esta época, no en otras, ya que el dentón en los meses de finales de primavera, coincidiendo con su época de freza, y los primeros del verano, seguramente es más agresivo con otros señuelos más clásicos y usados toda la vida. Incluso simplemente atacará a algunos de ellos con la intención de golpearlos para alejarlos de lo que consideran, durante ese período, su territorio. De hecho, en primavera, los que le han dedicado muchas jornadas al curricán de fondo, seguro que alguna vez han capturado algunos ejemplares clavados por fuera de su boca, incluso por un costado de la cabeza (producto de un intento de golpeo al artificial que pasa por su zona). Cuando normalmente en los meses a los que hacemos referencia aquí, los dentones suelen venir perfectamente embocados, incluso con los dos anzuelos en el interior de su potente boca.

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