Dentones con vinilos

 

3_

Antes de decidirnos a capturar un pez u otro, tenemos que conocer el mismo para poder determinar el cuándo, el dónde, el cómo y el por qué. Cuatro sencillos aspectos que determinan el éxito o el fracaso de nuestras salidas de pesca.

 

El estar en el sitio, momento y equipo adecuados es lo que diferencia a un pescador con un buen resultado de otro que simplemente compra lotería… El primero de ellos es capaz de establecer el por qué estaban allí y por qué han picado. De este modo tendremos no sólo una salida con éxito, sino una temporada de triunfos.

Dónde

El dentón es una especie que habita aguas que van desde orillas con cero metros hasta los 80 e incluso más de 100. 
Le gustan las zonas mixtas en las que podemos encontrar arena, praderas de algas, piedras sueltas y sobre todo, saber que normalmente cuando rondan los listones de piedras no se encuentran en la cresta de la roca, en la punta, sino que se posicionan en los alrededores y cerca de los bordes, encontrándolos unas veces, dependiendo de las bolas de peces pasto y la corriente, en una de las caras de la piedra, Norte, Sur, Este u Oeste, o incluso en terrenos limpios que forman corredores entre distintos listones.

En cuanto a distribución geográfica, los podemos encontrar en toda nuestra costa Mediterránea, Atlántico y Cantábrico, si bien, al tener aguas más frías, la costa Norte posee menos cantidad en términos generales y menos activos, pero por el contrario son menos perseguidos que en el Mediterráneo y menos “castigados”, lo que ofrece una buena oportunidad a los pescadores que se están especializando en su pesca.

 

Cuándo

Alguien puede pensar que los dentones buscan en invierno aguas profundas, 40 o 50 metros en adelante y, sin embargo, la realidad es que están presentes todo el año en todas las cotas aunque sus momentos de actividad se reducen enormemente con las aguas frías.

La mejor época es la primavera y el otoño ya que están más activos, pero esta mayor actividad supone que los pequeños que tienen que aprovechar el buen tiempo para crecer rápido compitan por nuestros señuelos con más ferocidad y las piezas de calidad sean más difíciles de capturar. 

El verano, aunque es una buena época, tenemos el inconveniente de la saturación de los pesqueros y la gran confluencia de embarcaciones de todo tipo que hacen más complicada la pesca. En estos meses las primeras horas del día y las últimas de la tarde son muy agradecidas, pero el momento en que arranca el mal tiempo y se riza el agua a media mañana o mediodía es también una buena opción. Solemos comentar entre los amigos que el instante en que todo el mundo vuelve a puerto por el mal tiempo es el óptimo para capturar buenos dentones, ¡cuando las aguas están claras y la mar se vuelve blanca los dentones aparecen en el “poco fondo”! No obstante, hay que ser muy precavido en este sentido y ser muy conscientes de nuestras posibilidades y embarcación que manejamos, la seguridad está ante todo.

En cuanto al invierno, es tiempo de pocos pero grandes dentones. No merece la pena madrugar, mejor las horas centrales del día, coincidiendo con las horas de la marea en todo lo alto. Y ya que sabemos dónde y cuándo vamos a hablar del cómo pescar los dentones con vinilo.

 

Cómo pescarlos: Equipo

El equipo deberá ser compensado y perfectamente equilibrado para poder tener éxito. Un conocido comentaba: “Se comen los artificiales y no me entero”. No existe caña que tenga la potencia de sacar dentones a 50 metros con dos nudos de corriente y señuelos de 200 gr y, que a su vez, sean lo suficientemente sensibles y lanzadora como para pescarlos con 25 gramos en 5 metros de agua.

 

Caña y carrete ideal

La caña para pescar dentones con vinilos tiene que ser muy sensible de puntera, bastante reactiva. Cuando notemos cualquier toque, la caña debe responder al instante. Una buena reserva de potencia en los dos primeros tercios de la misma, que nos vaya dando según se pida, que sea ligera y que nos permita poder lanzar sin tener el brazo en tensión.

Los dentones son peces muy potentes, pero fáciles de controlar cuando se les tiene cogido el truco. No necesitamos equipos sobredimensionados en ninguno de los casos, pues perdemos sensibilidad, capacidad para clavar y comodidad. Para pescar en pocos metros, 5-20 metros de profundidad con corrientes moderadas de 0.2 a 1 nudo, lo ideal es tener cañas entre 3 y 2.40 metros. Cuanto más larga, más podremos separar nuestro señuelo del barco y más naturales y amplias serán las animaciones de los señuelos. Cuanto mayor sea la profundidad, más corta la iremos haciendo pues se habrán de emplear señuelos más pesados y se hace complicado moverlos con cañas demasiado largas. Un equipo con una caña en torno a los 160-200 g, y un carrete tamaño estándar, 300-350 g, hace que obtengamos grandes piezas. Capturas que rozan los 10 kilos. Para buscarlos en aguas más profundas, a partir de los 20-30 m hasta donde queramos llegar, las cañas se irán acortando hasta llegar a los 2-2,10 metros como máximo. Pescar con cañas más cortas complica la animación, ya que la amplitud de movimientos se reduce enormemente y no es lo mismo animar con la caña que animar tirando ya de carrete. En este caso, al usar señuelos más pesados subiremos el tamaño del equipo con cañas en torno a los 200-220 g y carretes en torno a los 400-450 g. Se pueden emplear carretes más pesados, por lo clásico de “si pica el pez de nuestra vida”. Pero es preferible dedicarse a algo específico y hacerlo correctamente que querer abarcar todas las posibilidades y finalmente no conseguir nada la mayor parte de las salidas.

En cuanto a trenzados y bajos de fluorocarbono, podemos pescarlos desde un 0.16 y bajo de 0.35-0.40 mm, hasta un 0.20-0.22 y bajos de 0.50-0.60 mm. Por encima de esto, iríamos sobredimensionados para el dentón.

 

Por qué vinilo

Los vinilos de calidad llegaron a España en 2010, desde Francia. Empezaron a usarse de modo más frecuente en nuestras costas buscando los dentones. No significa esto, que anteriormente no se usaran, sino que el comienzo del “boom” podría situarse en esas fechas.

La ventaja de un señuelo de vinilo frente a otros es la naturalidad y realismo tanto en la forma externa como del movimiento, y sobre todo, la capacidad de poder pescar muy lento y arrancar picadas por “agotamiento de la paciencia” o curiosidad de nuestras piezas objetivo.

Un señuelo duro o jig para que pesque se ha de mover a cierta velocidad, más lento el engaño se hace patente y no emite las vibraciones suficientes para excitar a los dentones, por lo que cuando tenemos peces saciados o apáticos una pieza que huye no es de su interés. No van a correr detrás de ellos porque no les apetece, mientras que si los excitamos o suscitamos su curiosidad justo al lado suyo sin que tenga que hacer un esfuerzo de persecución, podremos obtener esas picadas que nos salvan del temido “cero” en una jornada.

En cuanto a señuelos de vinilo, podríamos diferenciar principalmente dos tipos: jerksbaits y swimbaits. Son artificiales que se mueven con tirones y golpes de puntera y señuelos que tienen una “cola” con distintas apariencias que le confieren el movimiento al señuelo con sólo la recogida.

Tenemos también un tercer grupo que está a medio camino entre unos y otros, cuya recogida lineal presenta movimiento pero incorporándoles jerks o tirones ofrecen movimientos muy interesantes para los dentones.

Respecto a los colores, en aguas claras funcionan muy bien los verdes, azules, blancos, rosas naturales… En zonas más castigadas o con peces más reacios a la picada, emplearemos tonos naranjas, amarillos, colas rojas, rosas fluo… Podemos tener numerosas picadas y no clavar tales presas. El motivo es porque no son picadas francas, son más bien picadas de defensa del territorio. En estas ocasiones, el equipo perfectamente equilibrado y sensible permite notar cuándo tragan y clavar en el momento justo. Picadas que en otras circunstancias se perderían, se hacen efectivas con la práctica y buenas herramientas.

 Además, para estos días poco fructíferos tenemos dos trucos: 
Uso de saborizantes y aromatizantes. Si prueban y les gusta, repiten y tragan. Existen muchos vinilos que incorporan esencias y sabores, en estos aspectos en el mar vamos muy por detrás del agua dulce, pero para los que no lo llevan o cuando queremos reforzarlos el uso de estos saborizantes y aromatizantes resulta muy práctico.

Assists hooks: Cuando empezamos a pescar con vinilos encontrábamos que casi siempre mordían por donde no estaba el anzuelo. Decidimos, de este modo, incorporar un anzuelo que llegase a la cola. Este anzuelo debe de ser ligero y a su vez potente para no restar demasiado movimiento y naturalidad pero permitir lidiar con una buena pieza. La técnica de montaje es sencilla, se anuda un trenzado fuerte (nunca fluorocarbono pues resta movimiento), se pasa a lo largo del vinilo fijando el anzuelo en la cola y se anuda a la cabeza.
También comentar que cuando se va cogiendo el truco a la pesca con vinilos, se puede ir prescindiendo paulatinamente de este anzuelo pues resta movilidad y a veces se enreda con la línea. De modo que lo dejaremos para los señuelos muy grandes.

Animaciones de los señuelos:
 Existen varias técnicas para avivar nuestros señuelos y “animar” a los dentones a picar. Hablaremos de las tres principales. Todas ellas se realizan con el barco a la deriva sin fondear.

Pesca a la “tracción”: Consistiría básicamente en dejar el señuelo caer y que sea la deriva del barco la responsable de pasearlo por el fondo. Sería algo así como el curricán pero con el motor parado. Con esta técnica apenas se toca el carrete, se pescaría como dicen los franceses a “gratter”, es decir, rascando el fondo. El señuelo se va arrastrando “haciendo el salmonete” y sintiendo el fondo con movimientos de subir y bajar la puntera de la caña de modo suave. No puedes estar arrastrándolo todo el rato pues enrocarías frecuentemente, pero sí llevarlo lo más próximo al mismo y sin dejar de perder el contacto con el mismo en cada bajada de la caña. De vez en cuando, es interesante levantarlo unos metros del fondo a vuelta de manivela y volverlo a dejar caer para que se haga más visible en la distancia. Para poder pescar con esta técnica deberemos seleccionar el peso de la cabeza plomada de acuerdo a que cuando llegue al fondo lo notemos claramente, pero sin pasarnos, ya que el objetivo no es arar el fondo, si no rascarlo, rozarlo. El señuelo irá pescando unos 30-40 metros de distancia de nuestro barco aproximadamente. 
Con esta técnica tenemos la posibilidad de prospectar amplias zonas hasta localizar el punto donde están comiendo los peces. Los señuelos ideales para esta técnica son los nadadores, debiendo usar señuelos más blandos y con mayor movilidad cuanto más lenta sea la deriva.

Pesca vertical: En principio es la más sencilla de todas y la más común, pues es a la que más estamos acostumbrados generalmente por el resto de técnicas de pesca. Pescaríamos en la vertical y estaríamos con el señuelo “llamando a la puerta” sobre el fondo. En este caso usaremos cabezas algo más pesadas que en la anterior técnica, y tenemos la posibilidad de cambiar los patrones de movimiento hasta dar con lo que quieren ese día. La secuencia podría ser: tocar el fondo, dos tironcitos pequeños, uno largo, picar el fondo para levantar algo de sedimentos, recogida lineal unos metros solo con el carrete, vuelta a caer al fondo, tirón amplio… Podemos combinar los movimientos como queramos, y repetir los patrones que mejor resultado nos han dado. En este caso usaremos señuelos nadadores y jerks.

Pesca a la volée: De nuevo nos encontramos con una técnica francesa que consiste en posicionar el barco antes del punto donde queremos pescar y lanzar hacia el mismo mientras la deriva nos acerca. Esta técnica se usa para pescar en puntos muy concretos, cuando tenemos localizados los peces y queremos pescarlos sin asustarlos. Muy útil para pescar en poca profundidad y en días con corriente de moderada a alta. Las cañas deben de ser lo más largas posibles pues conseguimos lances más largos y mantenemos el señuelo en posición de pesca durante más tiempo.
 El objetivo es simular un pez que está cara a la corriente esperando que ésta le traiga el alimento. La caña debe de estar en una posición alta, y será el carrete el que recupere la línea que va quedando tendida conforme nos vamos acercando al punto donde lanzamos. Siempre tenemos que tener el contacto con el señuelo, por lo que iremos recuperando a la velocidad que nos dicte la corriente, y con la misma puntera iremos alternando movimientos más cortos y más amplios para simular el pez que está subiendo, bajando, y volviendo a la piedra. El objetivo es mantener el señuelo de cara a la corriente, moviéndose prácticamente en un par de metros lineales, puesto que cuando recogemos más de lo que avanzamos, el señuelo viene hacia nosotros. En cuanto bajamos la caña, la misma corriente vuelve a arrastrar al señuelo al mismo punto donde lanzamos. Probablemente es una de las técnicas más efectivas cuando sabemos dónde están los peces.

Para esta técnica emplearemos tanto jerkbaits como nadadores, ajustando el peso de las cabezas plomadas para que quede casi “suspendido” cerca del fondo, ni muy pesado para que no esté todo el rato arrastrando el fondo, ni muy ligero para que no se levante demasiado del fondo.

 

68