CONSEJOS BÁSICOS

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Tras decidirnos a adquirir una embarcación, debemos pensar qué tipo necesitamos, neumática o semirrígida; de qué tamaño; qué potencia de motor; y, sobre todo, qué marca nos conviene, teniendo en cuenta que actualmente el mercado nos ofrece gran variedad.

Programa de navegación

Antes de elegir nuestra nueva embarcación, debemos plantearnos a qué actividad nos vamos a dedicar con más frecuencia: pesca, buceo, esquí, paseo, etc. A pesar de la gran versatilidad de estas embarcaciones, para cada actividad es más recomendable un tipo u otro y, sobre todo, diferentes equipamientos.

Otro punto a decidir es la eslora, en la que influye el número de personas que llevaremos a bordo y otros aspectos, como si se desmontará la neumática cada vez que se llegue a tierra, si se transportará mediante un remolque, si se va a varar en la playa, si se subirá por una rampa o por la grúa del club náutico o si se va a dejar fondeada durante la temporada de verano…

Evidentemente, cuanto más se vaya a mover la embarcación del agua a tierra y si se dispone o no de remolque, interesa una embarcación más pequeña, de menos de cuatro metros de eslora, para facilitar las tareas y mantener un peso mínimo, por lo que es recomendable en este caso las neumáticas de suelo inflable o las semirrígidas de tipo tender más ligeras del mercado.

En cambio, si se va a dejar la semirrígida en el agua o se dispone constantemente de remolque, rampa de varada o grúa, se puede aumentar la eslora a escoger, hasta donde permita nuestro presupuesto.

La habilidad del patrón

Otro punto clave, es analizar la pericia del patrón a la hora de navegar. Es imprescindible reconocer si somos capaces de realizar medias o largas travesías o si la navegación costera, sin alejarnos más de una milla de la playa, es nuestro punto fuerte.

A pesar del alto nivel de seguridad que ofrecen este tipo de embarcaciones, cada uno debe navegar en las condiciones y distancias en las que se vea capaz de resolver cualquier situación comprometida y no arriesgarse más de lo necesario para poder disfrutar de un tranquilo día de mar y sol.

También hemos de ser conscientes de las limitaciones de nuestra embarcación. Por ejemplo, no plantear largas travesías con una pequeña neumática o cualquier embarcación auxiliar a menos que se navegue en grupo y, por supuesto, no navegar entre las rocas o en zonas de poco calado con una semirrígida de gran eslora, pues las maniobras serán más lentas y complicadas que con un modelo pequeño.

El equipamiento

Una vez decidido el tipo de embarcación neumática o semirrígida que mejor se adapta a nuestras necesidades, viene el momento de escoger el modelo en concreto, para lo que se debe hacer una comparativa de las propuestas de las diferentes marcas con características similares.

Sobre una misma eslora y tipo de embarcación los precios acostumbran a ser bastantes parecidos entre marcas, aunque si alguna resulta notablemente más barata o más cara, entonces debemos fijarnos en la calidad de construcción. No hay que olvidar, por ejemplo, que los modelos con flotadores de Hypalón/Neopreno son siempre más caros que los de PVC, debido al coste del material.

También tendremos en cuenta el mobiliario; cuanto más asientos, colchonetas y solarios, mayor será el coste. Del mismo modo, debemos repasar el listado completo del equipamiento que nos ofrece el vendedor, muchas veces mayor que el que propone el propio fabricante de modo estándar. De esta manera puede suceder que una embarcación, en principio de mayor precio que otra de igual eslora y características, resulte en realidad algo más económica, debido a que la inversión para su equipamiento posterior será mínimo.

Papeles en regla

Una vez elegida nuestra nueva embarcación y negociado el precio, llega el momento de firmar la compra, para lo cual el vendedor acostumbra a disponer de unas hojas de solicitud que deberemos rellenar, disponiendo de la factura definitiva sólo cuando se haya abonado completamente el importe de la compra, normalmente en el momento de la entrega. La embarcación no se acostumbra a retirar del mismo stand a la hora de comprarla, sino que se recoge en las instalaciones del distribuidor de la marca en la zona que se haya elegido, que además será el encargado de cubrir cualquier problema de garantía que se pueda presentar.

Las neumáticas y semirrígidas de pequeña eslora, especialmente los anexos, no precisan de más papeleo que la factura de compra y el certificado expedido por el fabricante. Pero, a medida que aumenta el tamaño, así como la potencia del motor, se requieren diversos trámites como la matriculación o, incluso, hasta la licencia de navegación en grandes esloras.

Para cualquier duda, el propio vendedor nos debe facilitar el papeleo, e incluso gestionarlo a través de alguna gestoría náutica de su confianza para evitar problemas a la hora de navegar.

No debemos olvidar la necesidad de contar con el seguro obligatorio de la embarcación, para lo cual también nos puede aconsejar el vendedor que estará más acostumbrado a este tipo de necesidades.

La titulación

El tamaño de nuestra semirrígida también influirá en la titulación necesaria para manejarla, un requisito actualmente muy vigilado por la Guardia Civil, en realidad el único cuerpo de seguridad que tiene atribuciones, junto con Aduanas, para controlar este aspecto administrativo.

Recordemos que los artefactos flotantes o de playa no precisan titulación, por ejemplo las neumáticas a remo y sin motor. Lo mismo sucede con las embarcaciones dehasta 4 metros de eslora y con una potencia máxima de 11,03 kW.

A partir de ahí, la reglamentación es la habitual de embarcaciones mayores: Titulín (Autorización Federativa) para embarcaciones de hasta 6 m de eslora y una potencia máxima de motor de 40 kW (54 CV), en navegaciones diurnas en zonas delimitadas por la Capitanía Marítima; el título de Patrón para Navegación Básica (PNB) para embarcaciones de hasta 7,5 m de eslora, con potencia de motor adecuada a la misma, que en su navegación no se alejen más de 5 millas, en cualquier dirección, de un abrigo; Patrón de Embarcaciones de Recreo (PER) para embarcaciones de hasta 12 metros de eslora y potencia de motor adecuada, en navegaciones realizadas entre la costa y la línea de 12 millas paralela a la misma, además de navegación interinsular en los archipiélagos balear y canario; Patrón de Yate (hasta 20 m) y Capitán de Yate (sin limitación) para las esloras mayores.

¡Y ahora, a disfrutar de tu nueva embarcación!

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