Captura de lenguados desde kayak

En Buenos Aires, Argentina, existe un lugar inmejorable para pescar desde kayak, ubicado a 480 km de la Capital Federal, una laguna emblemática para todo pescador deportivo, denominada Mar Chiquita. Esta particular laguna fue declarada Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO en 1996.

Por Miguel A. Vinciguerrra

Uno de los peces marinos que se adapta a este ecosistema es el lenguado, que llega a esta laguna en busca de alimento y siguiendo con su ciclo reproductivo. Hay dos tipos de lenguados que residen en el interior de este espejo de agua, el Paralichtys patagonicus y el Paralichtys orbignyanus, del que básicamente. Encontraremos tallas que alcanzan los 1,20 m y los 12 kilos de peso, si bien lo más habitual es dar con capturas que van del kilo a los 6 kilos. La carne del lenguado es exquisita, posiblemente una de los mejores del reino animal marino. Se deduce que su llegada desde el mar se realiza durante todo el año, debido al registro de capturas, tanto en invierno como en el verano y, una vez, dentro del ámbito lacustre muchos de ellos quedan como residentes. Aunque la temporada alta para la pesca de esta especie se inicia a comienzo de la primavera hasta finales del verano austral. Su alimento predilecto son los pequeños crustáceos como el cangrejo negro de laguna y algunos peces de corto tamaño. Es un formidable cazador que se mimetiza en el lecho a la espera de su presa.

Cómo pescarlo

Las modalidades de pesca más populares para esta captura son el spinning y el curricán, cuya principal diferencia es el modo de mover el aparejo. En la primera de ellas, spinning, establecemos un punto fijo para realizar los lances a media distancia, buscando los veriles o canaletas. Se procede a acercar el aparejo hacia nosotros con suaves movimientos de caña acompañándolo con el carrete, mientras que en la segunda modalidad, el curricán, lo hacemos con el movimiento de la embarcación, ya sea impulsada por un motor o bien por remo en el caso del kayak.

El momento ideal para encontrar activos estos peces es durante el comienzo de la bajante porque el movimiento de aguas hace poner en alerta a los lenguados ante el eventual arrastre de cangrejos por los fondos acompañando las corrientes de agua, entonces aflora su potencial cazador y no vacilará en arremeter con fiereza contra nuestra carnada. Estimamos, entonces, que el mejor momento de pesca es cuando se inicia el franco movimiento de aguas en bajante y también suele ser muy bueno el repunte, o sea, la primera hora de creciente cuando entra agua de mar sobre todo en el sector de la boca donde se une con el océano.

En el puente CELPA

Uno de los mejores lugares dentro de la Laguna de Mar Chiquita es el área del puente CELPA, zona utilizada hace muchos años sobre todo durante la dictadura militar en la década de los 70 por la fuerza aérea para el desarrollo y lanzamiento de cohetes meteorológicos y para prácticas y ejercicios militares. El acceso a la orilla es cómodo apostando las embarcaciones en una playa lateral al puente, transportándolas en un tramo a pie distante unos 20 metros, donde estacionamos nuestros vehículos.

El equipo de pesca que se utiliza desde el kayak consta de caña de un solo tramo, aunque también puede ser de dos tramos, de 7 u 8 pies, de 15 a 30 lbs de línea, carrete (rotativo o frontal) de capacidad media, cargado con nailon monofilamento del 0.30/35 mm. El aparejo de una brazola armado con nailon del 0.60 mm, anzuelo triple al fondo número 2/0 y otro simple atado con un nudo corredizo número 1/0 para mantener estirado el cebo. Plomo de 25 a 40 gramos y una boya elevadora en la brazola de color blanca para mantener elevada la línea del fondo y de esa manera facilitar la visión del animal cuando se encuentra posado en posición de ataque. La carnada por excelencia es el pejerrey entero de unos 12 a 15 cm o bien cortado en filete de unos 18 cm bien rebajados para mejorar su movilidad y para aumentar el éxito que sean lo más frescos posible. Se debe atar en la zona de la cabeza con hilo elástico para evitar que se salga en alguno de los numerosos lances. También es efectiva la utilización de artificiales que contengan profundizadores y que simulen un pez con buen movimiento y que sean de colores como el dorado, el plateado, el verde, el rojo…

Cómo distinguiremos su ataque

Normalmente iniciamos la jornada a curricán hasta encontrar alguno en el trayecto, arrojamos la línea unos 20 metros y comenzamos a remar a una velocidad media de 2 a 3 nudos, recorriendo en forma paralela todo el canal o veril de la laguna. Esta modalidad es muy efectiva ya que nos desplazaremos grandes distancias aumentando de forma considerable las opciones de encontrarlos. Particularmente, no me gusta tanto porque es como que se enganchan solos, mientras uno rema en el kayak. Primero observaremos la puntera de la caña que se dobla y, luego al traccionar, notaremos que viene como pesado, señal inequívoca que el animal ya engulló la carnada. Una vez cerca de la embarcación, comenzará la verdadera batalla que según el porte puede ser muy interesante con saltos acrobáticos y furibundas corridas.

La última acción de pesca es intentar embocarlos en la red de nuestra sacadera, algo que resulta muy divertido pero a su vez difícil y emocionante. Cuando la pesca la hacemos anclados en un punto fijo (spinning) percibiremos un sutil toque en el aparejo y será clave esperar unos 10 segundos aproximadamente para dejarlo tragar. Justo ahí daremos lo que en Argentina denominamos “cañazo”, de esa forma nos aseguraremos una correcta clavada debido que a veces el anzuelo no ensarta bien en la durísima cavidad bucal. Procederemos entonces al acercamiento del pez y a realizar las maniobras correspondientes, como detallábamos.

Lenguados en el mar

Recientemente realicé una hermosa pesca desde el kayak pero en el océano Atlántico a escasos 200 metros de la costa frente a mi querida ciudad de Mar del Plata, también en la provincia de Buenos Aires. Si bien el objetivo era la pesca variada costera, se me dieron tres hermosas e inesperadas capturas en la modalidad de pesca a la espera, o sea, bajando en forma vertical el aparejo y esperando la picada a sólo 3 metros de profundidad. Utilicé un aparejo convencional de dos brazolas armada con anzuelos número 2/0 y plomo de 65 gramo y carnada fresca similar a las sardinas cortadas en filetes. Grata fue la sorpresa al distinguir cerca de mi pequeña embarcación la silueta de mi primer lenguado en el mar y tras una buen combate, logré a duras penas posar el animal en la cubierta del kayak. La sorpresa, no obstante, no quedaría en esa captura. La jornada finalizó con dos ejemplares más de buen porte, quedando muy contento y satisfecho pero también sorprendido por la sencilla razón que la aparición de estos lenguados resulta fortuita en el mar.