Albacora al curricán en aguas de Mallorca

La albacora cada primavera realiza migraciones oceánicas hasta aguas del mar balear. Como no tolera bien las temperaturas inferiores a los 15 grados migra hacia principios de mayo, lo que supone la llegada desde el Atlántico de numerosos ejemplares que encuentran en Baleares un lugar idóneo.

 

ASASAA

 

El atún blanco (Thunnus alalunga) conocido por todos los pescadores como albacora alcanza una gran la velocidad en su desplazamiento. De cuerpo en forma de torpedo, librea lisa de tono azul oscuro metálico en la parte trasera, con los laterales y el vientre en blanco plateado, y aletas aerodinámicas, este pez se caracteriza por tener una primera aleta dorsal de color amarillo oscuro y una segunda de color amarillo pálido. Las aletas pectorales se encuentran a cada lado del cuerpo y destacan por ser excepcionalmente largas y con forma de media luna. La caudal, profundamente bifurcada, ayuda a generar la energía necesaria para que esta especie mantenga una velocidad impresionante, a diferencia del atún rojo, cuyas aletas pectorales son más cortas y los ojos más pequeños.

A la albacora también se la conoce como alalunga, atún de aleta larga, atún blanco y bonito del Norte. El peso que pueden llegar a alcanzar es superior a los 40 kilos, si bien el habitual está entre los 5 y los 16 kg. Se cree que son desovadores pelágicos, lo que significa que la hembra libera sus huevos y el macho su esperma en aguas abiertas, a menudo cerca de la superficie del agua. Un atún blanco hembra es capaz de producir de dos a tres millones de huevos por temporada de desove que se liberan en al menos dos lotes. A pesar de esto, la mayoría de estos huevos no sobreviven para convertirse en adultos. Los pequeños huevos son sólo de un milímetro de diámetro y están encerrados en una gotita de aceite para que puedan flotar en el océano. Los huevos son fertilizados por el macho y se desarrollan rápidamente, la eclosión se produce en menos de 48 horas.

El atún blanco es uno de los mayores carnívoros en las regiones oceánicas donde habita y se alimenta vorazmente en los bancos de peces pequeños como las sardinas, anchoas y calamares, consume alrededor del 25% de su peso todos los días. El atún blanco se convierte en presa de las especies más grandes de atún rojo, el pez espada y los tiburones.

 

Dónde se encuentra

Se localizan ejemplares en aguas tropicales y templadas de todos los océanos incluyendo el Mar Mediterráneo, entre los 50° N y 40° S. Los océanos Atlántico y Pacífico tienen al menos dos poblaciones de atún blanco (norte y sur), cada uno con distintas áreas de desove y rara vez cruzan las aguas cálidas ecuatoriales.

Esta especie oceánica epipelágica y mesopelágica se encuentra en aguas de 13,5° a 25,2° C. La albacora puede tolerar temperaturas de hasta 9,5° C por períodos cortos.

 

Técnica y materiales

Tras varios años compitiendo en aguas de Mallorca por la zona de Cala d’Or, el veril está relativamente cerca si lo comparamos con las áreas de la costa de Barcelona donde solemos pescarla sobre las 40 y 60 millas. En Mallorca se la puede capturar a partir de 11 millas dependiendo del puerto del que salgamos.

Empezaremos la búsqueda de este ejemplar por los veriles de los 500 y 1.000 metros de profundidad sobre las 11 millas de puerto donde las primeras horas de la mañana suelen ser las mejores para tener picadas múltiples y así poder aprovechar las tres primeras horas (de 7.00 a 10.00 h) donde más actividad tendremos a lo largo del día. A medida que va transcurriendo el rato y si vemos que la actividad disminuye, empezamos a entrar a más profundidad alrededor de los 1.500 metros donde empezaremos a navegar en zigzag pero siempre por el veril. Si no tuviéramos actividad en seguida, iríamos a buscar el veril de los 2.000 metros para intentar encontrar albacoras más grandes e incluso algún dorado, donde suelen pescarse de grandes tamaños e iríamos siguiendo el veril hasta intentar buscar esa picada tan deseada, llegando a estar sobre las 25 o 30 millas de puerto. Iremos controlando la sonda y observando si hay gaviotas lanzándose al agua o bien posadas. Serían señales de poder tener picadas muy pronto.

A última hora de la tarde, sobre las 17.00 h a 18:00 h, se recomienda estar una hora por el veril de los 1000 metros, donde hemos encontrado las albacoras más grandes y algún banco de listados. Otro de los factores a considerar es la temperatura del agua para localizarlas, ya que las mismas van por los veriles y aguas más cálidas en busca de comida.

 

Material de pesca y artificiales
Los del “Venezia” usamos cañas ligeras de 30 lbs con anillas AFTCO, carretes Shimano 30 wlrs, hilo Sufix de 50 lbs con un bajo de línea de 100 lbs fluorocarbono, gancho para subir la captura a bordo o si competimos mejor un salabre, alicates de punta larga para sacar el anzuelo, separadores de línea, cinturón de combate para colocar la caña en el momento de lucha con el ejemplar, guantes (recomendables los de la marca AFTCO) para una mayor seguridad a la hora de coger el bajo de línea.
En cuanto a señuelos, cada pescador tiene sus preferencias. Nosotros nos decantamos por los plomados de la firma Canarias Lures, puesto que los personalizan (tanto en peso, como en colores); plumas con rafia con cabezas de cristal, algún artificial como los de Rapala Magnum, que navegará a unas profundidades de entre 5 y 8 metros. No pueden faltar, sobre todo, los excitadores (del tipo avión o tiras de calamares de goma) nos ayudarán a levantar el pescado en caso de que esté hundido.

Tararemos bien los carretes en función de la línea que pongamos, un tercio de los kilos que marque nuestras líneas de pesca. De este modo, evitaremos las posibles roturas por exceso de freno.

 

Colores y distancia de los señuelos
En días claros funcionan los tonos claros y en días oscuros, los oscuros. Sin embargo, esto no significa que en un día claro, si usamos señuelos oscuros los peces no vayan a picar. Justamente la pesca no es en absoluto matemática, por lo que resulta siempre muy especial.

Cada barco es un mundo a la hora de colocar los señuelos. Dependiendo del tipo de estela que dejan las hélices, los colocaremos a una distancia u otra. Las albacoras no es como el atún que les gusta el señuelo cerca de la estela del barco. De modo que lo que haremos es colocar la primera caña del exterior a unos 70 metros, la segunda por el otro exterior a unos 60 metros, la tercera a 45 metros, la cuarta a 40 metros, la quinta a 35 metros, la sexta a 30 metros y la séptima, que será la que pongamos en medio de la popa a 55 metros. Si hacemos un esquema con las medidas, veremos que es como si fuera una “W” para cuando la mar esté relativamente tranquila. En caso de estar movida, la caña del medio, la número 7 la pondríamos a 25 metros y colocaríamos un artificial para evitar enredos. En caso de tener picadas seguidas en la misma distancia no dudemos en poner otra caña del otro extremo del barco a la misma distancia, de esta manera tendremos picadas dobles seguro.
¿A qué velocidad?

La velocidad que normalmente llevamos es entre 7 y 8 nudos, todo va en función de las corrientes que tengamos ese día y del estado de la mar. Hay jornadas en las que el pescado come mejor cuando navegamos con los señuelos más rápidos sobre los 9 nudos, y aunque ocurre en pocas ocasiones, si tenemos pocas picadas o muy ocasionales, no dudemos llevar unos nudos de más.

Revisaremos los señuelos que tengamos en el agua cada hora, para controlar que todo funcione correctamente. Si arrastraran algún residuo como un plástico perjudicaría al resto de señuelos. De conseguir picada, colocamos en la medida de lo posible más señuelos iguales y del mismo color. Controlaremos la zona de pesca y nos fijaremos en el rumbo que tuvimos dicha picada, para volver a entrar al mismo rumbo. De esta manera, veremos que los resultados serán más positivos.

Recordemos cumplir las normas establecidas, como pueden ser las licencias de pesca (según la comunidad), también tendremos en cuenta el anexo III (vedas, tallas mínimas y peso de la especie, que actualmente está en 4 kilos).

 

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